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Happiness in the Desert

The gaze that guided her steps suddenly vanished. Darkness took over everything around her and for an instant, Rebeca felt like she was walking in the emptiness of loneliness. She stopped immediately and took a deep breath. She closed her eyes and for a moment, she doubted if she had already closed them. She thought very quickly, encouraging herself. She breathed slowly, filling her lungs to the maximum and exhaling very slowly, trying to increase her internal energies to face herself. She said to herself, «Calm down Rebecca, now you are going to open your eyes and they will continue to guide you on the path to salvation, calm down and trust». She took two more breaths of air, which she felt very fresh, filling her spirit and being with much strength. After a couple of minutes, he said to himself, «Open your eyes» and what he saw could not have been more disturbing.

Only darkness. There was nothing to see, because his eyes if he had them open at all, could see nothing but a deep and empty black, only lifeless darkness. He blinked several times and the result was the same, the darkness enveloped everything. He closed his eyes again and with his hands, rubbing his eyelids, he slapped his face while saying to himself: «Please, it works again». He hesitated for a moment to open his eyes and again, began to take deep breaths and repeat words of encouragement to himself. He opened his eyes and even the dark curtain was still covering his gaze.

Rebecca, still with her eyes open, thought frantically about what could be happening. She blinked constantly, hoping to recover her gaze, which, until a few moments ago, was guiding her along a desolate and arid path. She had already lost count of how long she had been walking aimlessly in that inhospitable desert. The thirst, which until the moment of going blind had been bothering her, had disappeared. When she reflected on that and whether she was really blind, she said to herself that maybe it was due to dehydration. She thought about the last thing she had seen and remembered it was just sand, lots of sand. The sun was already setting on the horizon, where she was headed, and she had assumed that perhaps walking at night would be more comfortable. She shuddered a little as she remembered what she had told herself, that at night she wouldn't be able to see anything. So, she sat down on the sand.

She crossed her legs to feel more comfortable, placed her hands on either side of her body, and, palms down, leaned back a little until she rested on the sand. She felt it warm and very fine and took some in her hands. He brought it close to his face, always blinking, waiting anxiously for his eyes to uncover and let him see how fine it was, because that's how he felt it. She let it fall between her fingers and imagined seeing the cascade of fine sand falling to the ground, where it would be lost among the endless grains that reigned there. She felt like an intruder in this arid environment and in her mind, she apologized for interrupting the eternal calm of this place. Without strength, she let herself fall completely face up, and thinking of her new reality, lost in the desert, thirsty, without water, and blind, she began to cry, disconsolate.

The heat made Rebecca a little uncomfortable and, still drowsy, she leaned her body to continue immersed in the dreams that had taken her to another reality. After a few brief seconds, she remembered exactly where she was and what had happened until she fell asleep. She became aware that she was lying on the sand, which was still cold from the passing of the night. She wanted to open her eyes and felt very afraid of what would happen next. Then she noticed something. There was clarity in her eyes. She moved her head to be sure of what she felt and noticed a slight fluctuation in what she perceived as clarity through her eyes. She startled and sat back down on the sand. Rebecca clearly felt, at that moment, that she was afraid to open her eyes and see, without any doubt, that she was blind. But, she noticed a faint variation in her perception, which told her it was different from the previous dark black. She turned her head and checked that minimal hope that everything would return to normal.

He implored deep inside himself, with great faith, he prayed for everything to go back to the way it was before. He took a deep breath and opened his eyes. And there it was again. The immense desert and the endless dunes, with their arid and desolate color, appeared majestically before her. Overcome with happiness and joy, Rebecca jumped up and shouted with all her might a «YES!». that was heard throughout the dry environment. Without even thinking about it, she started running on the sand, in search of the exit that was now clear and precise in her eyes. Running with the sun on her back, Rebecca became, at that moment, the happiest woman in the universe.

Greetings, my dear friends of Hive Blockchain. A new week to create unique stories in the @theinkwell community. The #72 edition of The Ink Well Prompt brings us Guide as the main word to include in our stories. And this time, they have proposed as a skill challenge, Establishing a Hook to grab our readers and get them interested in our writing. I'm not sure if my story meets these requirements, but I hope I've lived up to the challenge. The details, conditions and rules for participating in this cool initiative, are in the link I left at the beginning of this paragraph.

VERSIÓN EN ESPAÑOL

Felicidad en el Desierto

La mirada que guiaba sus pasos, de pronto, se desvaneció. La oscuridad se apoderó de todo a su alrededor y por un instante, Rebeca sintió que caminaba en el vacío de la soledad. Se detuvo de inmediato y respiro profundo. Cerro los ojos y por un momento, dudo de si ya los tenía cerrados. Pensó muy rápidamente, dándose ánimos. Respiraba con lentitud, llenando al máximo sus pulmones y exhalando muy despacio, tratando de incrementar sus energías internas para enfrentarse a ella misma. Se dijo: «Cálmate Rebeca, ahora vas a abrir tus ojos y ellos te seguirán guiando por el camino de la salvación, cálmate y confía». Tomo dos bocanadas más de aire, el cual lo sintió muy fresco, que llenaban su espíritu y su ser de mucha fortaleza. Luego de un par de minutos, se dijo: «Abre tus ojos» y lo que vio, no pudo ser más perturbador.

Solo oscuridad. No había nada que ver, porque sus ojos, si era que los tenía abiertos, no distinguían nada más que un profundo y vacío negro, únicamente oscuridad sin vida. Parpadeo varias veces y el resultado fue el mismo, la oscuridad lo envolvía todo. Cerro los ojos de nuevo y con sus manos, se restregó los parpados, se dio palmadas en la cara mientras se decía: «Por favor, funciona de nuevo». Dudo por un momento en abrir los ojos y de nuevo, comenzó a respirar profundo y a repetirse palabras de aliento. Abrió sus ojos y aun el oscuro telón seguía cubriendo su mirada.

Rebeca, aun con sus ojos abiertos, pensaba frenéticamente en que podía estar ocurriendo. Parpadeaba constantemente, esperando recobrar su mirada que, hasta hace unos momentos, la guiaba por un camino desolado y árido. Ya había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba caminando sin rumbo en aquel inhóspito desierto. La sed, que hasta el momento de quedarse ciega la estaba molestando, había desaparecido. Cuando reflexionó en eso y si en realidad estaba ciega, se dijo que tal vez se debía a la deshidratación. Pensó en lo último que había visto y recordó que era solo arena, mucha arena. El sol ya se estaba ocultando en el horizonte, hacia donde ella se dirigía, y había supuesto que quizás caminar de noche sería más cómodo. Se estremeció un poco al recordar que se había dicho, que de noche no podría ver nada. Entonces, se sentó en la arena.

Cruzo sus piernas para sentirse más cómoda, coloco las manos a cada lado de su cuerpo y con las palmas hacia abajo, se inclinó un poco hacia atrás hasta apoyarse en la arena. La sintió tibia y muy fina y tomo un poco en sus manos. La acerco a su rostro, siempre parpadeando, esperando con ansias que sus ojos se descubrieran y le permitieran ver lo fina que era, porque así la sentía. La dejo caer entre sus dedos e imagino ver la cascada de fina arena cayendo al suelo, donde se perdería entre los interminables granos que allí reinaban. Se sintió como una intrusa en este árido ambiente y en su mente, pidió disculpas por interrumpir la calma eterna de este lugar. Sin fuerzas, se dejó caer por completo boca arriba y pensando en su nueva realidad, perdida en el desierto, sedienta, sin agua y ciega, se echó a llorar, desconsolada.

El calor incómodo un poco a Rebeca y aun somnolienta, ladeo su cuerpo para seguir sumida en los sueños que la habían llevado a otra realidad. Después de unos breves segundos, recordó exactamente donde estaba y lo que había pasado hasta que se quedó dormida. Se hizo consciente de que estaba acostada en la arena, que aún estaba fría por el transcurrir de la noche. Quiso abrir los ojos y sintió mucho temor por lo que sucedería a continuación. Entonces, se percató de algo. Había claridad en su mirada. Movió su cabeza para estar segura de lo que sentía y noto una leve fluctuación en lo que percibió como claridad a través de sus ojos. Se sobresaltó y se sentó de nuevo en la arena. Rebeca sintió claramente en ese momento, que tenía temor de abrir los ojos y comprobar, sin ninguna duda, de que estaba ciega. Pero, notaba esa tenue variación en su percepción, que le indicaba era distinta al oscuro negro anterior. Giro su cabeza y comprobó esa mínima esperanza de que todo volvería a la normalidad.

Imploro muy dentro de sí, con mucha fe, rogó para que todo volviera a ser como antes. Respiro profundo y abrió sus ojos. Y allí estaba de nuevo. El inmenso desierto y las interminables dunas, con su árido y desolado color, se presentaba majestuoso ante ella. Invadida por la felicidad y la alegría, Rebeca se incorporó de un salto y grito con todas sus fuerzas un «¡SI!» que se escuchó en toda la extensión del seco ambiente. Sin siquiera pensarlo, se echo a correr sobre la arena, en busca de la salida que ahora estaba clara y nítida en su mirada. Corriendo con el sol a su espalda, Rebeca se convirtió en ese momento, en la mujer más feliz del universo.

Saludos, mis apreciados amigos de Hive Blockchain. Una nueva semana para crear historias únicas en la comunidad @theinkwell. La edición #72 de The Ink Well Prompt nos trae Guia como palabra principal para incluir en nuestras historias. Y en esta ocasión, han propuesto como desafío de habilidad, Establecer un Gancho para atrapar a nuestros lectores y hacer que se interesen por nuestro escrito. No estoy seguro de si mi historia cumple con estos requisitos, pero espero haber estado a la altura del reto. Los detalles, condiciones y normas para participar en esta genial iniciativa, están en el link que he dejado al iniciar este párrafo.

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