Misery, es una película estadounidense de terror psicológico estrenada en 1990. Fue dirigida y producida por Rob Reiner a través de las empresas cinematográficas Castle Rock Entertainment y Nelson Entertainment. El guion fue elaborado por William Goldman, basándose en la novela homónima de Stephen King. Fue protagonizada por Kathy Bates como Annie Wilkes y James Caan como Paul Sheldon. La fotografía fue elaborada por Barry Sonnenfeld y la música por Marc Shaiman. La empresa Columbia Pictures fue la encargada de distribuir la película.

Un famoso escritor de novelas románticas con gran éxito comercial llamado Paul Sheldon, decide matar un día a su personaje ficticio más popular: una mujer llamada Misery Chastain. Liberado de ella por fin, se dirige a pasar unos días en su tranquila cabaña en Colorado, para escribir una novela nueva y poder triunfar ante la crítica. Al terminar un manuscrito emprende un viaje de vuelta a Nueva York, pero es azotado por una terrible tormenta de nieve que le provoca un letal accidente. Sin embargo, es salvado de la muerte por una mujer llamada Annie Wilkes, una enfermera profesional que cuida de él y lo ayuda a recuperarse. Pero resulta que Annie es una fan de Misery con un trastorno que Paul poco a poco comienza a notar. Asustado, se da cuenta que Annie solo quiere retenerlo y ahora deberá escapar de ella antes de que lo asesine.

Desde su trama que parece un crescendo de cosas inhabituales hasta irrumpir en nuestra cordura, hasta los magníficos fotogramas oscuros que te dan una sensación de incomodidad, Misery, se convierte en una de las películas de culto más representativas de su género, poniéndose a la par con American Psycho o Cell.

Desde una perspectiva artística la película deja mucho en tela para cortar, teniendo consigo una historia simple con unos personajes entrañables; tanto el protagonista como la antagonista. La actuación de Kathy Bates es espectacular y no es para menos que se haya ganado varios premios por esta excelente interpretación, de hecho, ha sido catalogado como la mejor actuación de su carrera, recibiendo elogios no solo de la academia sino también del propio Stephen King.

Algunas adaptaciones de las películas basadas en los libros de King, no recibieron tan buenas críticas, sin embargo se han convertido en películas de culto, las cuales han trascendido más allá del cine y tocando otros derivados del arte. Aunque tengo muchas otras favoritas de la década de los 90s, preferí quedarme con esta, ya que Kathy Bates y James Caan son un dúo de admirar.

La verdad que no tengo retazos de esta película, aunque la vi ya hace muchos años, todavía recuerdo muy bien las escenas importantes. Tanto la inocencia como la crueldad pueden ir perfectamente de la mano y esa es una de las cosas que nos advierte este filme. El suspenso y el drama están bien entrelazados, los personajes tienen sus propias características; esto lo digo porque el personaje de Bates es más psicótico en el libro, pero esto no le quita el conjunto de emociones que recorre, hasta mostrarnos una cara contradictoria entre lamento y agresividad.

Encontrar y ver Misery de nuevo me ha causado alegría y agradezco que no le hayan hecho un remake, pues, si lo hacen, espero que el elenco esté a la altura.

Drama, suspenso, acciones psicópatas y momentos de confrontación en los que te vas dando cuenta gradualmente que algo está mal a través de los ojos del protagonista. Saboreas la incomodidad y las imágenes te ayudan a devorar con brutalidad las cosas, pero este es un festín para el final. La película de Reiner nos introduce a la literatura de King tan detalladamente a través de imágenes, que es mejor entrar y averiguar a lo que me estoy refiriendo. Para los amantes del terror, Misery debe de ser su opción para este mes sino han visto la película.