Clases en línea: La realidad como madre.


Fotografía tomada del escritorio de Victoria.

Clases en línea: La realidad

El pasado viernes 13 de marzo de 2020 se declaro cuarentena nacional y hasta internacional debido a la pandemia del COVID-19 que ya venia causando estragos en algunos países.

Recuerdo ese día porque en ese momento estábamos en el colegio en una expoferia de geografía de Venezuela de mi hija que cursaba primer año de bachillerato, eran las 11 de la mañana aproximadamente cuando por las redes sociales y grupos de Whatsapp se hizo noticia que en cadena nacional habían dicho que se iniciaba la cuarentena en el país y por consiguiente suspendidas las clases en todos los niveles educativos.

Todos quedamos consternados no lo podíamos creer, como asimilar esa noticia fue la confusión del momento y a su vez el caos porque ya casi era la hora de salida de preescolar y primaria, el patio central estaba lleno de representantes y todos querían llevarse a sus hijos. Por el micrófono la coordinadora anuncio la suspensión de clases hasta nuevo aviso y que se iniciaba la cuarentena, muchos sacaron la cuenta y decían en 40 días regresamos en mayo. Y no volvimos.

Mis hijas eran mi prioridad, estando los cuatro dentro del carro ellas hacían mil preguntas no entendían nada, encendimos la radio para saber mas y solo se repetía lo mismo que se iniciaba la cuarentena y todos a casa; la principal pregunta era ¿no tendremos mas clase? ¿No volveremos al colegio? A nosotros los padres nos correspondía responder y no sabíamos que decir.

Así de manera intempestiva suspendidas las clases y hasta hoy ese fue su último día normal de clases en el colegio, ya ha pasado más de un año. El colegio no estaba preparado para eso, los alumnos tampoco y nosotros los padres menos, imaginen la conmoción este momento de nuestra memoria nunca lo olvidaremos, pasara a la historia.

Iniciamos así este camino desconocido de las clases en línea, por lo menos para nuestro país Venezuela donde siempre de forma habitual las clases son en los colegios. En la primera semana no tuvieron actividades porque los directivos y personal del colegio empezaron a coordinar como dar las clases, no tenían ningún plan, no había nada preparado y los comprendo. Pero no había vuelta atrás las clases serian desde casa, sonaba fácil pero la realidad fue otra.

Aquí se puso a prueba la paciencia, las destrezas, habilidades e ideas para afrontar esto sin caer en pánico, porque no solo era la mortificación de la pandemia sino ahora quien le dará las clases a las niñas, nosotros los padres pero principalmente la mamá. Sabemos que cada ser humano reacciona diferente y el grupo de Whatsapp del colegio exploto por parte de las mamas, fue terrible porque la tolerancia y la paciencia habían desaparecido.

Yo me arme de valor porque la situación lo ameritaba, tengo dos niñas y en grados distintos faltaban pocos días para terminar el segundo lapso e iniciar el tercero y último de ese año escolar. En primer lugar nos documentamos mi esposo y yo en relación a la pandemia y que significaba la cuarentena porque las niñas esperaban una explicación, seguidamente asumir que las clases eran en casa y la principal guía iba a ser mamá y papá porque la maestra estaría a través de la computadora o el teléfono ya no era presencial era virtual.

Hay algo particular con mis hijas y no voy a generalizar porque no se si le pasa a otros niños, es que las maestras y profesores para ellas son como sus héroes y lo que ellas dicen así se hace; entonces yo no soy la maestra sino su mamá y como tal me veían, primera situación que había que enfrentar al inicio de las clases en casa, porque si bien yo doy clases en la universidad a muchachos ya grandes, no es para nada lo mismo ser maestra de cuarto grado y profesora de primer año de bachillerato.

Entonces lo primero que hice fue estar clara en que el adulto era yo, que así como no era culpa del colegio esta situación tampoco era de las niñas. Paciencia como ya lo mencione se requiere de mucha paciencia y empatía, sí mucha comprensión porque las niñas también sentían ansiedad por el virus y por lo que significaba la cuarentena, un verdadero cambio radical en nuestras vidas. Por eso iniciamos este viaje nuevo para todos, la casa se convirtió en un aula de clases y por todas partes habían hojas, libros cuadernos, materiales, los teléfonos no paraban de sonar, el uso del internet, los correos, los pdf, en fin unas inesperadas clases en casa.


Fotografía tomada del escritorio de Victoria.

Nada fácil al principio, pero después de un año hago una evaluación de todo este tiempo y hemos aprendido muchísimo, estamos mas organizados ya cada una tiene su espacio para el estudio, tuvimos que hacer algunas inversiones necesarias para adecuarnos a estas nueva modalidad de clases, el colegio a mejorado las vías de comunicación e implemento un sistema de aula virtual, gracias a medios tecnológicos como zoom, Google.Meet, Classroom.Google, las clases y la comunicación con sus profesores es productiva, mis hijas se defienden con todas esas herramientas por sí solas, saben convertir los trabajos en PDF, enviar correos, subir tareas al aula virtual.


Fotografía tomada del escritorio de Sofía.

En fin ha sido fuerte, les hace falta volver al colegio claro que sí. Esto es una manera diferente de estudiar y tal vez nunca olvidaran esta experiencia, yo como siempre a su lado guiándolas y para que sientan y sepan que cuentan conmigo.

Mi admiración para todas las maestras y profesores por la ardua y loable labor que hacen.

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El lema de mi vida es la gratitud - / - My life motto is Gratitude

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