Nunca Dejes de Ser Un Buen Papa

¿Qué define a un buen padre? Una interrogante que muchas respuestas nos puede arrojar, cada una con la visión personal de quien la emita. Cargada de su manera particular de ver la vida y valoración de como se define a un padre. Cada una con sus propios matices, influenciados por su crianza, la relación con sus padres y la forma en que esta relación lo ha acercado o alejado de la sociedad.

Lo que si es claro es que para ser un buen padre, se requiere tener hijos. Hace algún tiempo escuche una disertación de un pastor de una iglesia cristiana, que hablaba de las relaciones familiares y de como estas se convertían en un lazo irrompible y muy claro por la descendencia sanguínea de las familias y el compartir de cada día. También hablaba de cuando dos descendencias distintas, se unían en una sola a través de la unión de una pareja. Y explicaba él, que a pesar de no existir una línea directa entre la pareja, la unión que se formaba a partir de la decisión de una pareja de vivir juntos, es igualmente equivalente a una línea familiar directa. En pocas palabras, esta unión crea una familia y unos lazos igualmente equivalentes.

Las separaciones se ven signadas por una aceptación de que esa unión directa no existe y que por lo tanto, no es igual que perder un familiar directo. Separarse implica que las parejas adquieren ese contexto de ex. Y entonces se puede hablar de la ex-esposa, ex-novia, ex-pareja o como sea esta relación. Pero al haber descendencia creada por esta unión, ese concepto de ex no se aplica a esta descendencia.

Quizás te parezca intrascendente o banal lo que digo acá, ¡ahhh!, ya eso todos lo sabemos. Pero lo que me quedo de esa charla dictada por el pastor, fue que no existe un rompimiento real y esa unión, que parece no directa, por los afectos y el amor que en un principio fue la base de esta relación, se convierten en lazos que se mantienen para siempre. Y mucho mas aun evidentes, cuando hay hijos de por medio.

Todos sabemos que los padres, cuando se divorcian o separan, no lo hacen de sus hijos. Y es aquí, en este tipo de relaciones padres-hijos, cuando se hace más evidente si un hombre es un buen padre o no. Esto es un verdadero desafió y un reto que muchos hombres no son capaces de asumir o no lo hacen de la mejor manera.

Terminar una relación sea cual sea la razón implica una decisión que la mayoría de las veces no termina en buenos términos. Algo evidente en nuestra sociedad, es que quienes se ven más afectados por ello, son nuestros hijos. Y no hay ninguna forma ni manera de evitarlo. Podrás recurrir a mil consejos, podrás recibir las mejores opiniones y guías, podrás excusarte en las mil y una razones para justificarlo, podrás obtener los comentarios y ayuda de cualquier cantidad de especialistas y expertos en estos temas, todas muy valederas, sinceras y repletas de los mejores deseos para este fin. No hay manera de evitar que tus hijos no se vean afectados por una separación. Solo el tiempo podrá sanar estas heridas, que quedaran allí hasta el fin de nuestros días. Y serán heridas que nunca estarán sanadas, solo estarán ocultas, cubiertas por un manto de razones, todas justificables, pero ninguna sanadora.

Esto es muy evidente para mí cada día del padre. Celebro y agradezco la bendición de estar al lado de mis hijos, a quienes amo con todo mi corazón y por quienes estoy dispuesto a dar siempre lo mejor de mí. De cada uno de ellos he aprendido la importancia y el valor de luchar y esforzarse por ser el mejor papa del mundo. Pero mi herida sigue allí abierta, dolorosa y punzante.

Con esta publicación no pretendo admitir o confesar que he sido un mal padre. He cometido mis errores, pero considero que he cumplido de la mejor manera con esta misión. Tampoco lo hago para obtener reconocimiento a través de la lástima, la justificación o el perdón. Si tú que me lees, estas en una situación que te va a dejar una herida para toda la vida, espero que esto te sirva de reflexión y como un mensaje motivador para creer en que el Amor todo lo puede. Y a veces, nunca es tarde para intentarlo todo.