Vivir la pandemia en la ciudad puede ser quizás el confinamiento más agotador. Apartamentos pequeños, donde el tiempo transcurre en cámara lenta entre el trabajo y el hacer. Vivo con mi pareja en Caracas, Venezuela. Ambos somos de otras regiones del país, y vivimos en Caracas hace varios años ya (primero solos y ahora acompañados). Caracas es una ciudad difícil, con la que casi que inmediatamente se genera una relación amor/odio que es adictiva.
En Junio 2021, cumplimos 1 año y 3 meses de estar encerrados por la cuarentena por Covid-19. Y decidimos que era hora de decir adiós por un rato a Caracas, la ciudad del encierro.
El escape.
Lo cierto es que un día despertamos, invitamos a dos amigas y salimos sin decir a nadie. Según el esquema de cuarentena en mi país, era una semana "flexible", donde las restricciones por cuarentena son parciales, y se puede transitar hacia la costa tranquilamente, así que viajamos por carretera. 1 hora y media nos tomó el viaje (por carretera por supuesto) hasta Maracay, capital del estado Aragua.
Al llegar a Maracay nos esperaba un taxi que habíamos contratado previamente, así que entramos al carro y arrancamos.
El camino.
Un camino con muchas curvas, atravesando el Parque Nacional Henri Pittier, son 40 minutos de recorrido entre hermosos bosques nublados hasta llegar a la costa.
La posada.
Nos quedamos en un lindo lugar, pequeño y acogedor. Teniamos la montaña en nuestra espalda, la costa hacia el frente y una piscina refrescante que nos esperaba cuando regresaramos de la calurosa playa.
El recorrido.
Nos fuimos a Puerto Colombia. El pueblo de los colores.
Allí entre bailes y cantos de tambor nos esperaba Playa Grande. Con olas altas y arena amarilla como el oro. Estuvimos toda la tarde entre la arena, bajo la sombra de una enorme palmera, y escuchando la marea y la brisa.
Al salir de Playa Grande fuimos de nuevo a Puerto Colombia y vimos el atardecer en el malecón, mientras vimos regresar todos los botes pesqueros.
Este hermoso pueblo fundado en 1616, conserva una arquitectura colonial extraordinaria. Y su gente amable hacen que la estadía sea deseable y repetible.
Puedes ver un vídeo del recorrido por las calles de Choroní pulsado aquí.
Espero disfrutaran de este recorrido tanto como nosotros. Si quieres conocer más de destinos del Caribe, pronto les compartiré más sobre nuestras playas y lugares que sin duda debes poner en tu mapa.
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Pandemic and Caribbean: escape to Choroní (Venezuela) [ESP / ENG].
Living the pandemic in the city can be perhaps the most exhausting confinement. Small apartments, where time passes in slow motion between work and doing. I live with my partner in Caracas, Venezuela. We are both from other regions of the country, and we have been living in Caracas for several years now (first alone and now together). Caracas is a difficult city, with which almost immediately generates a love/hate relationship that is addictive.
In June 2021, we will be 1 year and 3 months of being locked in quarantine by Covid-19. And we decided it was time to say goodbye for a while to Caracas, the city of confinement.
The escape.
The truth is that one day we woke up, invited two friends and left without telling anyone. According to the quarantine scheme in my country, it was a "flexible" week, where quarantine restrictions are partial, and you can travel to the coast quietly, so we traveled by road. It took us 1 hour and a half to travel (by road of course) to Maracay, capital of the state of Aragua.
When we arrived in Maracay, a cab was waiting for us, so we got in the car and started.
The road.
A road with many curves, crossing the Henri Pittier National Park, a 40 minute drive through beautiful cloud forests until we reached the coast.
The lodge.
We stayed in a nice place, small and cozy. We had the mountain at our back, the coast in front of us and a refreshing pool waiting for us when we came back from the hot beach.
The tour.
We went to Puerto Colombia. The town of colors.
There, between dances and drum songs, Playa Grande was waiting for us. With high waves and sand as yellow as gold. We spent the whole afternoon in the sand, under the shade of a huge palm tree, listening to the tide and the breeze.
Leaving Playa Grande we went back to Puerto Colombia and watched the sunset on the boardwalk, while we saw all the fishing boats returning.
This beautiful town founded in 1616, preserves an extraordinary colonial architecture. And its friendly people make the stay desirable and repeatable.
You can see a video of the tour through the streets of Choroní by clicking here.
I hope you enjoyed this tour as much as we did. If you want to know more about Caribbean destinations, soon I will share more about our beaches and places that you should definitely put on your map.