El Patito que no Sabía Nadar // Mensaje diario de 5 minutos (Cuento)

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Un Ángel estaba tumbado en una nube, aburrido porque era domingo y en el Cielo nadie estaba haciendo nada.

"Qué fastidio", dijo el ángel. "Estoy muy aburrido, no tengo nada que hacer aquí en el Paraíso. No sé porqué San Pedro no dejó que tuviésemos Smartphones; y eso que aquí están todas las nubes de Internet. Lo único que se puede hacer por aquí, es flotar entre un montón de cúmulos y tocar la lira con las almas".

Bostezando, se asomó para ver al planeta Tierra, buscando en qué entretenerse.

De pronto, en una pequeña laguna, vio que algo amarillo se agitaba con frenesí; y usando su mirada telescópica de ángel, pudo ver a un patito que se estaba ahogando en una laguna.

"Es extraño que un patito no sepa nadar", se dijo el ángel a sí mismo. Sin perder tiempo, cruzó el firmamento celestial y pudo rescatar al patito.

"¡Pero qué es lo que te sucede, patito loco!”, le dijo el ángel, "Tienes suerte que en mi juventud fui un ángel guardián. ¿Desde cuándo un pato se ahoga? ¿Es qué acaso tu mamá no te ha enseñado a nadar?"

"No, mi mamá no sabe", así el patito de dijo al ángel, mientras señalaba a la orilla, donde estaba una gallina histérica, cacareando a punto de sufrir un ataque de pánico.

"Ernesto, mi Ernestico", le decía la gallina al patito, "¿Cómo te atrevistes a saltar a la laguna? Te he dicho mil veces que los pollitos no saben nadar".

"Pero mami, es que me provocó meterme al agua, se veía divertida".

El ángel sospechó lo que pasaba, y dejando a Ernesto con su mamá gallina, decidió investigar.

Regresó al Paraíso a buscar a una santa, quien era su gran amiga.

"Santa Sara, necesito de tus poderes celestiales para saber qué le pasó a un patito, se cree pollito".

"Asómate a esta pila de lágrimas de pecador arrepentido, arrójale una de tus plumas y presenta tu inquietud".

Tan claro como el horizonte del Edén en primavera, su mente viajó al pasado, pudiendo ver cómo la hija del granjero, una chiquilla de 9 años, se había encontrado con un huevo abandonado.

"Ya sé lo que voy hacer", se dijo la pequeña, mientras lo detallaba y corría alegre como el viento.

Esperó a que la gallina que estaba empollando se durmiera, y le puso el huevo junto con los demás.

"Fue muy fácil, no se dio cuenta; esa gallinita es muy dormilona", pensó la niña, feliz por haber salvado al huevo, sin saber que era de pato.

El ángel regresó a la granja, y puso al tanto a la mamá gallina, con lo que le hizo la hija del granjero.

"Bueno, ya me extrañaba a mí que mi pollito tuviera el pico y las patas tan raras, parecía que se las hubieran aplastado con un camión", le dijo la gallina al ángel.

Ernesto creció, disfrutando de poder nadar en la laguna, porque su mamá gallina, se propuso a educarlo como a un patito.

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Se hizo amiga de una pata que acostumbraba a zambullirse en la laguna, y entre las dos, le enseñaron todo lo que un patito debe conocer.

Le enseñaron a nadar y le motivaron para que aprendiera a volar.

La gallina estaba muy orgullosa de su hijo patito.

La mamá gallina se puso triste cuando Ernesto creció y se acercaba el día en que tendría que volar hacia el sur.

"No llores mami", le dijo Ernesto, "pronto regresaré, y seré mucho más grande y fuerte".

Graznando con mucha energía, levantó el vuelo, uniéndose a una gran bandada de patos rumbo hacia las cálidas tierras del sur.

Tommy Ed.

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Esta es mi participación en Mensaje diario de 5 minutos.

El tema es:...PATITO...

Espero que te hayas divertido con mi relato.

Saludos.

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