Un día cualquiera
Estaba cansado, le preocupaba el malestar que ahora sentía, sin embargo, prefirió ignorarlo y caminar un rato entre la muchedumbre, él nunca se había sentido ignorado, su corpulencia era motivo de comentarios, algunos buenos y otros no, las mujeres se reían y lo comparaban con el que tenían en casa, que horror, vivir con un gordo así, el oía, las miraba y les enviaba una sonrisa, “estúpidas se creen unas Mises”.
Se dirigió a una heladería, se dio cuenta que era misma que visitaba desde hacía tiempo.
—¿Qué le damos hoy señor? —le dijo la chica muy amablemente.
—Ya te he visto antes, ya debes saber mis gustos.
—Está bien, con crema de maní y chocolate, bien cargado
—Así es, eso no se discute.
La chica sonrió y el hizo una mueca de asentimiento.
—¡Cuidado gordo! le gritaron y casi lo hacen caer.
—¡No ve que estamos grabando! ¡mire allá! El dron lo hace, graba todo.
El gordo miró el dron, el tipo de pelo largo lo controlaba y otras personas corrían con él, como si persiguieran a alguien, no supo que era.
—¡Oiga señor! Tome su helado, venga por aquí, ahí no lo molestaran.
—Son unos falta de respeto, ¿qué es lo que graban?
—Hacen pruebas de vigilancia, eso creo.
La chica se retiró un poco para seguir con sus quehaceres, el gordo se queda a un lado para disfrutar su helado, de pronto siente un aliento fuerte en su cuello.
—Dame lo que tienes gordo o te pico aquí mismo.
—¡Está bien señor, pero cálmese!
—No hables, solo entrega el dinero.
La chica se da cuenta, pero el hombre la amenaza.
—Dame lo de la venta o tu amigo se muere.
El gordo siente que le sube ese calor, las piernas se le aflojan y se va al piso, cayendo sobre la cesta de basura, el helado le cubre la cara, cuando pasa su mano para limpiarse, lo ve es un ratón grande que lo mira, camina hacia él sin ningún temor, en cambio el siente el frío del helado meterse entre sus huesos, aún así, saca la mano y agarra el ratón y lo tira lejos, hacia donde la multitud se mueve pendiente del dron.
Hay gritos y corren, el hombre que le apuntaba no sabe qué hacer, el gordo se levanta, pero la gente asustada lo vuelve a empujar y el, le cae encima al hombre que no sabe qué hacer, tampoco puede moverse con el gordo encima, quiere salir y grita pidiendo que lo ayuden, que muevan al gordo.
—¡Ayúdenme, me está asfixiando!
El gordo ve cuando el ratón viene de nuevo muy asustado, pasa por un lado y se pierde en un agujero.
—¡Señor está bien! ¡ayuden al señor para que se levante! —dice la chica de la heladería.
El ladronzuelo no puede levantarse, todos ayudan al gordo y el hombre del dron se descuida y cuando mira hacia arriba, se lleva las manos a la cabeza, en ese instante el dron se estrella contra una pared.
An ordinary day
He was tired, he was worried about the discomfort he now felt, however, he preferred to ignore it and walk for a while among the crowd, he had never felt ignored, his corpulence was a reason for comments, some good and some not, the women laughed and compared him with the one they had at home, what a horror, living with a fat man like that, he heard, he looked at them and sent them a smile, "stupid, they think they are Mises".
He went to an ice cream shop, he realized it was the same one he had been visiting for a long time.
—What can we give you today, sir? —said the girl very kindly.
—I've seen you before, you must already know my tastes.
—It's good, with peanut butter and chocolate, well loaded.
—That's right, that's not up for discussion.
The girl smiled and he grimaced in assent.
—Watch out, fatso! they yelled at him and almost knocked him down.
—Can't you see we're filming! Look over there! The drone does it, it records everything.
The fat man looked at the drone, the long-haired guy was controlling it and other people were running with it, as if they were chasing someone, he didn't know who it was.
—Hey sir! Take your ice cream, come this way, they won't bother you there.
—They are disrespectful, what are they recording?
—They do surveillance tests, I think so.
The girl withdrew a little to continue with her chores, the fat man stays aside to enjoy his ice cream, suddenly he feels a strong breath on his neck.
—Give me what you have fatso or I'll spike you right here.
—All right sir, but calm down!
—Don't talk, just hand over the money.
The girl realizes, but the man threatens her.
—Give me the money from the sale or your friend dies.
The fat man feels that heat rising, his legs loosen and he goes to the floor, falling on the trash basket, the ice cream covers his face, when he passes his hand to clean himself, he sees a big mouse looking at him, he walks towards him without any fear, instead he feels the cold of the ice cream getting between his bones, even so, he reaches out and grabs the mouse and throws it away, towards where the crowd is moving pending the drone.
There is shouting and running, the man who was aiming at him doesn't know what to do, the fat man gets up, but the scared people push him again and he falls on top of the man who doesn't know what to do, he can't move with the fat man on top of him either, he wants to get out and shouts for help, to move the fat man.
—Help me, it's choking me!
The fat man sees when the mouse comes again, very scared, passes by and gets lost in a hole.
—Sir, it's all right! Help the man to get up! —says the girl from the ice cream shop.
The little thief can't get up, everyone helps the fat man and the man with the drone gets careless and when he looks up, he takes his hands to his head, at that instant the drone crashes against a wall.
Las imágenes fueron creados con la inteligencia artificial:
y editadas con PhotoScape.
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