Fría, la mañana
arrastra tu ausencia.
Aun aquí, tu esencia
por doquier emana.
Miro a la ventana
buscando tu huella,
suplico a una estrella,
la miro, le imploro,
tiemblo, ansío, lloro.
Mi pena me sella!
Un cítrico aliento
amarga mi boca.
Abatida, loca,
no encuentro sustento.
El gélido viento
congela mi ser
pues, sin tu querer
me pierdo y naufrago,
dudo, busco, vago.
Siento perecer.
Una infausta estela
de humo afligido.
Signo entristecido
de un alma que cela
con rabia que vuela,
con furia insolente.
Y es que de repente,
mi dulce alegría
se quedó vacía,
mustia, gris, silente.
Imagen 1: Fuente
Imagen 2:Fuente
IMAGEN 3:Fuente