Bajo la luz de la luna (freewrite) ESP/ENG


Memet se encontró con sus propios miedos al leer aquella carta que costara varias vidas llegar a su destino. Acostumbrado a sembrar el terror en el corazón de sus enemigos, le era extraño aquel sentimiento que debilitaba sus piernas y le hacía tropezar en palabra.

La bombarda, era el dragón de aquellas guerras de fantasía, motivadas por el deseo de poder disfrazado bajo la máscara de una falsa devoción a Dios. Su estruendo era comparado al rugido de mil leones, y su devastación era temida como la erupción de un volcán.

Memet no encontraba la forma de enfrentar a sus enemigos quienes poseían, no una, sino una decena de bombardas asentadas a lo largo de las murallas de la ciudad. Una ciudad que adoraba a un dios diferente; una ciudad que debía ser convertida por la fuerza… al igual que todas.

—¡Chellat vendrá a ayudarme! —dijo en voz alta al leer el mensaje— Esos infieles caerán finalmente por la voluntad divina.

Sus palabras transmitían un mensaje animador, pero su rostro era un cristal transparente a través del cual podía verse el pavor y la desesperación propia de los cobardes.

—¿Dice algo más, Sultán? —preguntó su sirviente.

Memet terminó de leer la nota.

—Debo encontrarme con él en el valle del cedro. Allí planearemos la estrategia de ataque.

—Pediré a su guardia personal que se prepare para acompañarlo, señor —dijo el sirviente.

—No, iré solo, Chellat me dice que es mejor así, más seguro.

El sirviente lo miró confundido, pero nunca ponía en duda los designios de su amo. Era un hombre fiel a su causa, capaz de devanarse las venas y morir desangrando en favor de su Sultán, antes que pensar por sí mismo.

Afuera, un caballo ensillado estaba cubierto por una capa púrpura, dibujada con líneas doradas de un escudo familiar. Un par de espadas curvas colgaban de su lomo, y un látigo negro se entorchaba cerca de su cuello.

Memet se subió a la bestia ayudado por su sirviente, se guardó la nota bajo el bolsillo de su brazo, y se acomodó un puñal en una de sus botas.

La luna estaba llena aquella noche, las estrellas brillaban con fuerza, el feroz guerrero las miraba y sentía apaciguar su miedo. Para él era un presagio bondadoso de parte de su dios el hecho que le iluminara el camino en los oscuros senderos del valle; un vaticinio que auguraba una victoria merecida por sus esfuerzos de expansión religiosa.

Los cascos de su caballo aún estaban manchados con la sangre de cuerpos pisoteados en la anterior batalla. Cuerpos de soldados al servicio de un dios vano, cuerpos de mujeres y niños que no tenían el mismo valor que su propia gente por no servir al dios correcto.

La tenue luz de una antorcha se vislumbraba levemente entre el follaje del valle. Era la señal para el secreto encuentro de los aliados que tramarían una nueva matanza.

Al descender del caballo, Memet puso una mano en su puñal y otra en su espada. Caminó unos pasos, y respiró aliviado al ver la figura imponente de Chellat, el general del ejército de los contanzos. Se adelantó a darle un abrazo fraterno, y Chellat inclinó su cabeza en señal de sumisión.

Memet estuvo a punto de pronunciar una bendición para Chellat, cuando una furtiva saeta le atravesó el corazón desde la espalda.

Chellat sacó su propio puñal, y tapándole la boca, terminó de ejecutar la traición.

Allí cayó de bruces, con los ojos bien abiertos mirando a al cielo. Palideciendo ante el frío que recorría su cuerpo y apagaba rápidamente la vida en él.

No fue necesaria una bombarda para poner fin al derrotero de destrucción del Sultán. Basto un engaño, y las súplicas de una doncella, para convencer a su guerrero más apreciado para que frenara el absurdo cabalgar de Memet.

Los constanzos invadieron aquella misma noche el campamento de los atacantes. No dejaron en pie a ningún soldado. Dentro de las murallas de la ciudad, en el palacio del rey, la princesa miraba a lo lejos el fuego que iluminaba las copas de los árboles, la evidencia de que su trato por la paz había resultado.

Después de eso la paz duró solo algunos años.

Esta es mi participación para el proyecto freewrite de @freewritehouse. El tema en el que se basa el escrito es: “Combate”

Gracias a estos testigos por su apoyo constante y orientación, ustedes merecen un voto de confianza: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a


Memet was confronted with his own fears as he read that letter that would cost several lives to reach its destination. Accustomed to sowing terror in the hearts of his enemies, it was a strange feeling that weakened his legs and made him stumble in words.

The bombard was the dragon of those fantasy wars, motivated by the desire for power disguised under the mask of a false devotion to God. Its roar was compared to the roar of a thousand lions, and its devastation was feared like the eruption of a volcano.

Memet could find no way to confront his enemies who possessed not one, but a dozen bombardments set up along the city walls. A city that worshipped a different god; a city that had to be converted by force... just like all of them.

-Chellat will come to help me! -He said aloud as he read the message, "Those infidels will eventually fall by divine will.

Her words conveyed an encouraging message, but her face was a transparent crystal through which the dread and despair of cowards could be seen.

-Do you say anything else, Sultan? -asked his servant.

Memet finished reading the note.

-I am to meet him in the cedar valley. There we will plan our attack strategy.

-I will ask your personal guard to prepare to accompany you, sir," said the servant.

-No, I will go alone, Chellat tells me it is better that way, safer.

The servant looked at him in confusion, but he never doubted his master's designs. He was a man faithful to his cause, capable of tearing his veins and bleeding to death in favor of his Sultan, rather than think for himself.

Outside, a saddled horse was draped in a purple cloak, drawn with golden lines from a family crest. A pair of curved swords hung from its back, and a black whip was twisted close to its neck.

Memet climbed onto the beast aided by his servant, tucked the note under his arm pocket, and tucked a dagger into one of his boots.

The moon was full that night, the stars shone brightly, the fierce warrior looked at them and felt his fear appease him. For him it was a kind omen from his god to light his way in the dark paths of the valley; a prediction that augured a well-deserved victory for his efforts of religious expansion.

His horse's hooves were still stained with the blood of bodies trampled in the previous battle. Bodies of soldiers in the service of a vain god, bodies of women and children who did not have the same value as their own people for not serving the right god.

The faint light of a torch glimmered faintly through the foliage of the valley. It was the signal for the secret meeting of the allies who would plot a new slaughter.

Descending from his horse, Memet put one hand on his dagger and one on his sword. He walked a few steps, and breathed a sigh of relief when he saw the imposing figure of Chellat, the general of the Contanzo army. He stepped forward to give him a fraternal embrace, and Chellat bowed his head in submission.

Memet was about to pronounce a blessing for Chellat, when a furtive arrow pierced his heart from behind.

Chellat drew his own dagger, and covering his mouth, finished the treachery.

There he fell on his face, his eyes wide open, staring at the sky. Paling at the cold that ran through his body and quickly extinguished the life in him.

No bombardment was necessary to put an end to the Sultan's path of destruction. A deception and the pleas of a maiden were enough to convince her most valued warrior to stop the absurd riding of Memet.

That same night, the Constantians invaded the attackers' camp. Not a single soldier was left standing. Inside the city walls, in the king's palace, the princess gazed into the distance at the fire illuminating the treetops, evidence that her peace deal had worked.

After that peace lasted only a few years.

This is my entry for @freewritehouse's freewrite project. The theme on which the writeup is based is: "Combat."

Thanks to these witnesses for their constant support and guidance, you deserve a vote of confidence: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a

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Escrito original de G. J. Villegas @latino.romano


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