Manuel, como todos los días, acudió a su lugar de trabajo ubicado en una zona privilegiada de su ciudad. Una de las características más relevantes del lugar es que ofrece un área comercial donde se puede comprar ropa casual, cafeterías, restaurantes de comida rápida, cervecerías y servicios bancarios, entre otros. Además del área comercial, dos torres de viviendas de apartamentos complementan la arquitectura del complejo.

A Manuel, personaje amable con los visitantes del centro comercial, su trabajo como vigilante no pasa desapercibido, él está atento a cualquier eventualidad que se pueda presentar en el trascurso del día. Una de esas ocasiones sucedió cuando la Sra. María Sacramento estando de visita, resbalo y cayó al suelo, Manuel dándose cuenta de lo sucedido se apuró para atenderla, ella se había desmayado y no mostraba signos de despertar. Manuel que había tomado un curso de paramédico decidió darle respiración boca a boca, alrededor de ellos cada vez se encontraban más personas. Jose Gregorio que casualmente había ido a realizar una transacción en uno de los bancos dándose cuenta de que su amiga se encontraba en apuros se acercó para ayudar.

María al despertar, sus primeras palabras fueron:

Quien eres tú, para que me besaras de esa manera, estaba soñando que estaba visitando a mis hijos.

José Gregorio al ver que su amiga reaccionaba, le dijo:

María has tenido un breve desmayo, aquí Manuel vino solo a socorrerte, soy testigo de que has sido bien atendida.

Poco a poco los curiosos se fueron retirando. Un médico que se encontraba acompañando a Maribel, evaluó a María determinando que se encontraba fuera de peligro.

Testigos silentes del hecho fueron los pequeños arbustos y palmeras sembrados en el exterior del centro comercial, que dieron un toque de paz al complicado momento que había sufrido María.

Una recomendación del médico a los presentes es que bebieran agua para calmar la sed, por lo que decidieron entrar a uno de los bares para pasar el susto, José Gregorio sediento pidió una cerveza al igual que Maribel.

María, viéndose rodeada de sus amigos más queridos, con una sonrisa de picardía en su cara le dijo a sus amigos.

"Imagino que lo que me sucedió hoy hubiera pasado antes, siempre esperaba encontrarme con mi príncipe encantador aunque nunca pensé que podía encontrarlo hoy aquí y que fuera Manuel, el hombre que siempre me saluda el que tuviera un detalle especial hacia mí".

José Gregorio y Maribel al escucharla, con sonoras carcajadas le dijeron.

Despreocúpate, el tiempo de Dios es perfecto y tú tienes derecho a encontrar tu príncipe encantador.

Ahora, Manuel sentado en su lugar de vigilancia, reflexionaba sobre lo que había sucedido, luego de atender a la esbelta mujer que se había desmayado en uno de los pasillos del Centro Comercial.