La pasión por la lectura de novelas de intriga y acción le llevaba a Juan a adentrarse en un mundo de fantasía, en el que se sumergía cada noche antes de quedarse dormido. Esa noche como era habitual en él, se quedó profundamente dormido, al rato en la calle fuera de su casa un perro que ladra, llamaba la atención de los vecinos.
Juan, ya dormido lo escuchaba en la lejanía, comenzó a verse caminando por una pradera sin fin en la que veía a la distancia un perro negro, por más que intentaba acercarse al lugar donde se encontraba el perro más alejado este se colocaba. Llamándolo con voz de mando, el perro no le hacía caso y seguía ladrando. Comenzó a sudar, extenuado y sin fuerza, sintió que le sacudían el hombro.
Al abrir los ojos, allí estaba su madre riéndose, él le pregunto que había pasado, ella simplemente le dijo:
“Juan, el perro del vecino no ha dejado de ladrar, creo que debes ir a darle la comida para que deje de ladrar”
Juan había olvidado que el vecino le dejo el encargo el darle de comer al perro.
Apreciados amigos
Esta es mi entrada en el Spanish freewrite del 15 de julio de 2021 de @latino.romano.
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