Vacaciones!
Por fin llegaron luego de un año muy duro.
Nuestro hijo se mudó a Trevelin la semana anterior y junto a su esposa e hijo viajaron en avión, no podían hacer 2000 kilómetros en automóvil con un bebé, por los tanto: los padres al rescate.
Nos fuimos con el auto de ellos y nos tomamos tres días para llegar, lo hicimos tranquilos tratando de disfrutar de ese largo viaje.
El día uno lo habíamos planificado hasta Macachín, una pequeña ciudad en la provincia de La Pampa, apenas cruzando la enorme provincia de Buenos Aires. Es una ciudad hermosa, tranquila, una parada habitual en varios de nuestros viajes, aunque siempre lo hemos hecho a la vuelta, esta vez fue en el viaje de ida y el trayecto nos recibió con mucha lluvia, una verdadera pena ya que el viaje se hace peligroso de esa forma y no se puede disfrutar tal como nos gusta.
Pero el sol siempre sale y la mañana siguiente nos recibió a pleno, como si la tormenta del día anterior nunca hubiera ocurrido. el viaje hasta San Martín de los Andes sería el tramo más largo pero también bello y relajante.
Hace varios años que no visitábamos esa hermosa ciudad de montaña, típicamente turística y rodeada de naturaleza exhuberante. En una época pasada era nuestro destino turístico preferido y queríamos recordarla y disfrutar al menos por una noche. Quedamos algo desilusionados, no por la ciudad en sí ni por los paisajes que cada año parecen más hermosos. Solo por la cantidad de gente que había paseando, mucho turismo, más de lo esperado y creo que más de lo que puede soportar la ciudad.
Ya no fue tan agradable pasear buscando un lindo restaurante para cenar, había que tener mucha suerte para encontrar uno donde hubiera lugar y que sus precios fueran razonables, todo muy caro y los únicos lugares para cenar donde había algunas mesas libres eran precisamente esos. Los restaurantes, pizzerías y hamburgueserías con precios más económicos estaban atestados y había que anotarse en lista de espera para poder cenar.
Lo bueno fue el hotel, ya lo habíamos visitado más de 20 años atrás y sigue igual, un lugar tradicional pero de calidad y muy cómodo.
A la mañana siguiente salimos temprano porque todavía teníamos más de 600 kilómetros hasta nuestro destino final, nos esperaba la ruta de los 7 lagos, Bariloche, El Bolsón y otras localidades de inusitada belleza.
Todos estuvo muy bien y finalmente llegamos, cansados del viaje pero felices de haber recorrido una vez más esos lugares bendecidos de la naturaleza.
Les dejo algunas fotografías del viaje.
Holidays!
They finally arrived after a very hard year.
Our son moved to Trevelin the week before and his wife and son traveled by plane, they couldn't drive 2000 kilometers with a baby, therefore: parents to the rescue.
We went in their car and it took us three days to get there, we did it calmly trying to enjoy that long trip.
On day one we had planned to Macachín, a small city in the province of La Pampa, just across the huge area of Buenos Aires. It is a beautiful, quiet city, a regular stop on several of our trips, although we have always done it on the way back, this time it was on the outbound trip and the journey received us with a lot of rain, a real shame since the trip was It makes it dangerous that way and you can't enjoy it the way we like it.
But the sun always rises and the next morning it welcomed us in full force as if the storm of the day before had never happened. the trip to San Martín de los Andes would be the longest section but also beautiful and relaxing.
It has been several years since we visited this beautiful mountain city, typically touristy and surrounded by exuberant nature. In a bygone era, it was our favorite tourist destination and we wanted to remember it and enjoy it for at least one night. We were somewhat disappointed, not by the city itself nor by the landscapes that seem more beautiful every year. Just because of the number of people who were walking, a lot of tourism, more than expected and I think more than the city can bear.
It was no longer so pleasant to walk around looking for a nice restaurant to have dinner, you had to be very lucky to find one where there was room and where its prices were reasonable, everything was costly and the only places to dine were there were some free tables were precisely those. The cheaper-priced restaurants, pizzerias, and hamburger joints were crowded and you had to get on a waiting list to dine.
The good thing was the hotel, we had already visited it more than 20 years ago and it remains the same, a traditional but quality place and very comfortable.
The next morning we left early because we still had more than 600 kilometers to our final destination, the route of the 7 lakes, Bariloche, El Bolsón, and other towns of unusual beauty awaited us.
Everyone was very good and we finally arrived, tired from the trip but happy to have once again visited those blessed places of nature.
I leave you some photos of the trip.