Murió Doña Gurmersinda. A sus nadie sabe cuantos años, pero según los chismes y malas lenguas, podrían ser mucho mas de 100. Falleció sola en su casa y no se le conocen familiares, pero gracias a la solidaridad de la mayoría en el pueblo, se organizo el velorio. Su ataúd fue encargado y afortunadamente, se encontró el ultimo disponible en el pueblo. Terminado el velorio, se inicio la procesión para inhumarla en el cementerio a la entrada del pueblo. Ya en el lugar donde se le daría el descanso eterno, se procedió a abrir la pequeña compuerta para darle una ultima mirada a quien durante tantos años fue un ejemplo de larga vida en la comunidad. Casimiro, encargado de esta función, abre la ventanilla y, asombrado grita:
— Aquí no esta!
Brunilda que esta a su lado, ratifica con mucho mas asombro y espanto, lo que Casimiro acaba de anunciar:
— No esta la muerta!
La reacción inmediata en el cementerio, fue la atropellada estampida en masa de todos los presentes, cada uno corriendo mas rápido que el otro, empunjandose unos con otros, cayendo y levantandose a correr mas rápidos, espantados y temerosos del fantasma, algún maleficio.o embrujo por parte de la muerta ausente en su ataúd.
Algunas horas mas tarde, todos se enteraron que debido a la avanzada edad de Doña Gumersinda y a su evidente degeneración senil. el único ataúd disponible era mucho mas grande que ella. Cuando se realizo la procesión en hombros hasta el cementerio y debido al usual caminar acompasado que se acostumbra en estos eventos, la difunta se movió dentro del ataúd, dezplazandose hasta la parte que no queda visible por la ventanilla. Pero eso fue después que Casimiro, Bunilda y Pedro, quienes se armaron de valor y no corrieron en el momento de la estampida, terminaron ellos solos el trabajo de darle cristiana sepultura a Doña Gumersinda. Que En Paz Descanse.
P.D.: Basado en un hecho de la vida real, se cambiaron los nombres y algunos detalles.
Muy interesante articulo y que debe motivar a las personas, a revisar si en sus vidas el humor esta presente. Actualmente en nuestro país Venezuela, vivimos una difícil situación, que en ocasiones nos pone a dudar de si hay motivos para reir. Pienso que lo primero que uno debe tener presente, es no centrarse mucho en esta situación. Si, es sumamente difícil no prestar atención a nuestro entorno con todas las carencias que vivimos a diario. Y precisamente, allí esta el detalle. Yo últimamente,no veo noticieros, no compro periódicos y trato de no prestar demasiada atención a los hechos que puedan causarme indignación. O en todo caso, trato en lo posible, de mantener la atención poco tiempo en situaciones que podrían malhumorarme.
Es sumamente difícil reír cuando la situación país nos agobia. Pero debemos cuidar nuestra salud y si reír nos hace bien, deberíamos tratar por lo menos de intentarlo. Llevando la vida con actitud positiva, con optimismo y con buena energía, siempre se encontrara alguna manera de incluir algo de humor en cada día. Hasta en las peores situaciones, como la narrada al principio. Así que, si no te puedes reír, al menos sonríe. Saludos.