De Como Termina un Amor - Una historia de infidelidad

Un vehículo se mueve rápidamente entre el intenso tráfico de una cosmopolita ciudad. Con precisión audaz y un poco de arrojo temerario, el conductor se desplaza zigzagueando entre los demás vehículos, con el objeto de llegar prontamente a su destino. En un punto del camino, se lanza frenéticamente al carril derecho y pisa a fondo el acelerador del pequeño vehículo.

— ¡Te vas a pasar! — exclama Verónica al darse cuenta de que se acercan rápidamente a su destino, que esta varios metros más adelante, pero al lado izquierdo de la amplia avenida de tres carriles.

— Tranquila, amor no me voy a pasar — le contesta Luis, el intrépido conductor del auto, mientras rápidamente dirige su mirada al lado derecho y sin pensarlo mucho, gira el volante para cruzar como un rayo frente a los dos vehículos que acaba de rebasar por la izquierda, quienes temerosos y enojados del posible accidente, tocan sus cornetas con rabia.

En un rápido movimiento y aun con las bocinas resonando, el auto se detiene justo al frente de una entidad bancaria. Verónica, sin dudarlo, toma su bolso y el portafolios que siempre le acompaña, desciende rápidamente del vehículo y corre hacia la puerta del banco. Justo cuando esta a punto de tomar la manilla de la puerta, se detiene bruscamente. Sabe que ha cometido un error. En fracciones de segundos, su mente trabaja frenéticamente. Piensa en regresar rápidamente al auto y corregir el error, pero mira a través del cristal el reloj, el cual le indica que apenas tiene un minuto para entrar a la entidad antes de que cierre su servicio al público. También se percata de que el oficial de seguridad ya se dirige hacia la puerta para proceder a cerrar la agencia.

Decide avanzar y entrar al banco antes de que este cierre. Sabe que si no entra, será otro error que podría costarle mucho dinero. Una vez dentro del banco, se dirige a la taquilla mientras piensa en sus opciones. Sabe que este detalle podría costarle su relación de pareja. Aunque siente que aun ama a Luis, quien la espera en el auto, no puede dejar de pensar en que quizás todo será diferente una vez salga del banco. En un fugaz momento de arrepentimiento, le pide a Dios que devuelva el tiempo al momento justo antes de bajar del vehículo. Se sonríe, sabiendo que Dios no perdonara el desliz de esta pecadora.

Luis observa como Verónica corre rápidamente hacia la puerta del banco, llevando su bolso y su portafolio. De pronto, observa que se detiene justo en la puerta del banco, pero se siente más tranquilo cuando unos pocos segundos después, ella entra al banco. Avanza un poco más adelante para estacionar, ya que está prohibido detenerse mucho tiempo frente a una entidad bancaria y menos justo antes de cerrar. Unos pocos metros más adelante, consigue un lugar y estaciona su vehículo para esperar a Verónica.

Está cavilando en que hoy ha sido un buen día. Aún se siente emocionado por haber conducido velozmente y haber llegado a salvo y a tiempo al banco. Esto también lo llena de una cierta satisfacción. Desea que Verónica tome en cuenta esos detalles y que de alguna forma, sea más agradecida con él. Sabe que ama a Verónica, de eso no tiene dudas y no logra entender por qué esos cambios repentinos de humor que lo desconciertan. Mientras piensa en esto, se percata de que Verónica ha dejado su teléfono celular en el vehículo.

— Maldito teléfono de la discordia — se dice a sí mismo mientras observa el que ha sido durante los últimos días, un motivo de discusiones y peleas que ha considerado innecesarias. Toma el teléfono que está justo donde le dan los rayos del sol. Lo observa con detenimiento. Si, debería ver que es lo que se oculta tras esa pantalla ennegrecida. Lo mira nuevamente y sabe que si desbloquea el celular, estará faltando a su siempre presente compromiso de respeto a la privacidad de su pareja. Se ríe, al darse cuenta de que eso mismo no ocurre con Verónica, cuando de sus cosas personales se trata. Prácticamente, no hay nada que ocultar de su vida, ya que le ha concedido todo el acceso a sus pertenencias. Y se lamenta al percatarse de que hasta hace poco tiempo, esto no era así.

Luis tiene la sospecha de que Verónica lo engaña. Aunque existen suficientes motivos para creer que eso es así, el hecho de que ella siempre lo niegue, le da una cierta esperanza para confiar. Quiere acceder a esos mensajes y conversaciones que quizás terminen de definir todo. Cuando esta a punto de desbloquear el teléfono, se pregunta: «De ser cierta esta sospecha, ya sé que me voy a encontrar en este teléfono». Coloca el teléfono en un lugar donde no le den los rayos del sol.

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Verónica sube al vehículo después de haber terminado con todas las diligencias que tenía pendiente en el banco. Sus pensamientos solo están en el teléfono que dejo olvidado en el vehículo. Se da cuenta de que el equipo no esta donde lo había dejado. Toma el teléfono y revisa si tiene algún nuevo mensaje mientras Luis la observa.

— ¿Lo revisaste, verdad? — pregunta a Luis, segura de que la interrogante, esta demás.

— ¿Por qué debería hacerlo? — contesta Luis, un poco decepcionado.

Verónica lee los últimos mensajes, sabiendo que todos son comprometedores y segura de que Luis ya los habrá leído todos. Se siente terrible al saberse descubierta. Piensa en que ha llegado el momento donde se tomaran decisiones que serán quizás dolorosas y definitivas. Aunque sabe que Luis no es un hombre violento, no tiene idea de como reaccionara con lo que tenga que decirle. Eso la hace temer.

— No quería que te enteraras de esta manera y realmente no sé que decirte — dice Verónica mientras analiza cuidadosamente sus palabras. — Sé que quizás nos es muy bonito lo que acabas de leer y lamento que estemos en esta situación.

— ¿Qué es lo que he leído, según tú? — contesta Luis, cada vez más decepcionado de que todas sus sospechas se conviertan en realidad.

— Quizás esperaba un mejor momento para decirte todo y que no hubiera sucedido de esta manera — contesta Verónica, ya perdida en su infidelidad, descubierta y confesa sin remedio.

— ¿Sabes algo amor mío? — replica Luis haciendo un esfuerzo para no caer preso del enojo y de la tristeza — Yo jamás he revisado tu teléfono y sabes que siempre ha sido así. Te agradezco que hoy, hayas sido tan sincera conmigo y por favor, solo bájate del vehículo y llama a tu nuevo novio para que te venga a buscar.

Y allí termino una hermosa historia de amor.

ENGLISH VERSION

How Love Ends - A story of infidelity

A vehicle moves quickly through the heavy traffic of a cosmopolitan city. With daring precision and a bit of reckless daring, the driver zigzags between the other vehicles in order to reach his destination quickly. At one point on the road, he frantically jumps into the right lane and puts his foot down on the accelerator of the small vehicle.

— You're going to pass! — Veronica exclaims as she realizes that they are rapidly approaching their destination, which is several meters ahead but on the left side of the wide three-lane avenue.

— Don't worry, love, I'm not going to pass — Luis, the intrepid driver of the car, answers her, as he quickly looks to the right side and without thinking too much, turns the steering wheel to cross like lightning, in front of the two vehicles he has just passed on the left, who, fearful and angry about the possible accident, sound their horns angrily.

In a quick movement and even with the horns blaring, the car stops right in front of a bank. Veronica, without hesitation, grabs her purse and the briefcase that always accompanies her quickly gets out of the car and runs to the door of the bank. Just as she is about to grab the door handle, she stops abruptly. He knows he has made a mistake. In fractions of a second, his mind is working frantically. He thinks about rushing back to the car and correcting the mistake, but he looks through the glass at the clock, which tells him that he has just one minute to enter the facility before it closes its service to the public. He also notices that the security officer is already on his way to the door to close the agency.

He decides to go ahead and enter the bank before it closes. He knows that if he doesn't enter, it will be another mistake that could cost him a lot of money. Once inside the bank, he heads for the locker while thinking about his options. She knows that this detail could cost her her relationship. Although she feels that she still loves Luis, who is waiting for her in the car, she can't help thinking that maybe everything will be different once she leaves the bank. In a fleeting moment of regret, she asks God to bring time back to the moment just before she gets out of the car. He smiles to himself, knowing that God will not forgive this sinner's slip.

Luis watches as Veronica runs quickly toward the bank door, carrying her purse and briefcase. Suddenly he notices that she stops just inside the bank door, but he feels calmer when a few seconds later, she enters the bank. He goes a little further ahead to park, as it is forbidden to stop for a long time in front of a bank, let alone just before closing. A few meters ahead, he gets a spot and parks his vehicle to wait for Veronica.

He is pondering that today has been a good day. He still feels excited that he drove fast and arrived safely and on time at the bank. This also fills him with a certain satisfaction. He wishes Veronica would take those details into account and in some way, be more grateful to him. He knows that he loves Veronica, of that he has no doubt, and he cannot understand why these sudden changes of mood that disconcert him. While he is thinking about this, he notices that Veronica has left her cell phone in the car.

— Damn phone of discord — he says to himself as he looks at what has been for the last few days, a reason for arguments and fights that he has considered unnecessary. He picks up the phone that is right where the sun's rays hit it. He looks at it carefully. Yes, he should see what is hidden behind that blackened screen. He looks at it again and knows that if he unlocks the cell phone, he will be breaking his ever-present commitment to respect his partner's privacy. He laughs, realizing that the same does not happen with Veronica when it comes to her personal things. There is practically nothing to hide from her life, as she has granted him full access to her belongings. And he regrets realizing that until recently, this was not the case.

Luis suspects that Veronica is cheating on him. Although there are enough reasons to believe that this is so, the fact that she always denies it gives him some hope for trust. He wants access to those messages and conversations that may end up defining everything. When he is about to unlock the phone, he asks himself: «If this suspicion is true, I already know what I'm going to find on this phone». She places the phone in a place where it is out of direct sunlight.

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Veronica gets into the car after finishing all the errands she had pending at the bank. Her thoughts are only on the phone she left in the car. She notices that the equipment is not where she left it. She picks up the phone and checks if she has any new messages while Luis watches her.

— You checked it, didn't you? — she asks Luis, sure that she is, too.

— Why should I? — Luis answers, a little disappointed.

Veronica reads the last messages, knowing that they are all compromising and certain that Luis has already read them all. She feels terrible to know that she has been found out. She thinks that the time has come to make decisions that may be painful and definitive. Although she knows that Luis is not a violent man, she has no idea how he will react to what she has to tell him. That makes her fearful.

— I didn't want you to find out this way and I really don't know what to tell you, — Veronica says as she carefully analyzes her words. — I know that maybe what you have just read is not very nice and I am sorry that we are in this situation.

— What did I read, according to you? — Luis answers, more and more disappointed that all his suspicions are coming true.

— Maybe I was waiting for a better time to tell you everything and that it had not happened this way — answers Veronica, already lost in her infidelity, discovered and confessed without remedy.

— Do you know something, my love? — Luis replies, making an effort not to fall prey to anger and sadness - I have never checked your phone, you know it has always been like that. I thank you for being so honest with me today, and please, just get out of the car and call your new boyfriend to come and pick you up.

And there ended a beautiful love story.

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