Relato: Benton


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Fuente de la imagen: Pexels

Londres, Inglaterra. Febrero de 1879.

"¡¿Benton?!", fue lo primero que Minawinner Fairchild, de 20 años, exclamó al ver en la entrada de su casa a Benton Johnson, de su misma edad y amigo suyo.

"¡Hola, Mina! ¡Buenos días!", exclamó el muchacho con alegría.

Guardando la compostura, Mina le dejó pasar inmediatamente. Una vez en la intimidad de la casa, ambos amigos se abrazaron. "¡Oh, Benton! ¡Qué alegría volver a verte! ¿Estás de viaje? ¡Pasa!, ¡ven! Le pediré a Maggie que nos lleve un poco de Earl Gray", decía Mina mientras lo guiaba hasta la sala.

Minutos después, los dos jóvenes se habían acomodado en la sala. Ante las preguntas incesantes de su amiga, Benton suspiró y le dijo: "Hui".

Mina le miró sorprendida. Benton añadió: "Mi padre está muy disgustado con mis hermanos por lo que hicieron aquí en Londres. No les ha perdonado y dudo que lo haga. En su lugar, se tornó más duro con nosotros, incluyéndome".

"Tú no te tenías la culpa de lo que sucedió esa noche, Ben. No le encuentro sentido".

"¡Ufff! Créeme, te has perdido de lo mejor".

"Dorothy me dijo más o menos lo que le dijo su tía a tu padre, así que no creo haberme perdido de algo".

"¿Incluyendo el hecho de que no bajaba a Elias y a Caroline de vulgares?"

"Eso también".

"Bueno, retomando la explicación... Nadie dijo ni una palabra durante el viaje de regreso. Mi padre estaba furioso contra los tres, aunque yo no haya hecho nada. No nos dirigió la palabra en un mes entero hasta que nos mandó a llamar y nos anunció que nos marcharíamos los tres a estudiar en Saint Mount Michel, una prestigiosa academia ubicada en las afueras de Vancouver en Canadá. No dije nada por prudencia, sobre todo porque no quería enfurecerlo más. Ya en la academia, las cosas se pusieron muy complicadas".

"¿Por qué?"

"Mis hermanos. Su comportamiento empeoró apenas pisaron el colegio. Yo era su blanco favorito, como siempre. Y yo me harté, Mina. Me harté al mismo tiempo que me di cuenta de que mi padre solo quería deshacerse de nosotros mientras buscaba una nueva esposa. Por lo tanto, decidí escapar. Sin embargo, tuve un inconveniente durante el escape: un licántropo me siguió desde la escuela".

"¿Un licántropo?"

Benton asintió. "La mitad de los estudiantes de Saint Mount Michel pertenecen a familias muy antiguas de la comunidad licantrovampírica canadiense".

"Vaya... interesante", murmuró Mina, pensativa. "¿Y lograste perderlo?"

"Quisiera decir que sí, pero no. Me dio alcance antes de llegar a Vancouver. Me preguntó a dónde iba; le dije que iba a ver a una chica en Ottawa. Me estuvo presionando por un tiempo con otras preguntas hasta que se rindió y, supongo, se regresó a la escuela. Ignoro si dio la voz de alarma o hizo su propia vida. Yo solo me enrolé en el primer barco a Londres y trabajé duro durante el viaje".

"¿En algún momento cambió a forma humana?"

"No estoy seguro. Yo lo estuve ignorando todo el tiempo".

"Entonces tienes un problema. Podría delatarte con tus hermanos... O seguirte la pista".

Levantándose del sofá, se acercó hacia la ventana. Abriendo la cortina con disimulo, la joven buscó con la mirada algún indicio. Ahí estás..., pensó con seriedad mientras enfocaba su mirada en un hombre de atavíos raídos apoyándose en uno de los faroles que estaba frente a la casa. Benton, quien se había levantado y se puso tras ella, le preguntó qué sucedía.

Apartándose para que el joven juzgara por sí mismo, añadió: "Te dije que tienes un problema".



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Ecency