Mis reflexiones antes de dormir: Llena de ilusiones

Hoy me siento muy feliz y nunca adivinarían el por qué. Hoy ha sido día de tareas domésticas, mi esposo y yo estuvimos limpiando y ordenando, pero no se trata sólo de cosas cotidianas como barrer, fregar y coletear, no, porque en este caso incluye mover todo de su sitio y reorganizar, es lo que llamamos limpieza profunda y me encanta cuando lo hacemos. Sí, ya sé que soy una marciana, pero es que disfruto tanto el resultado, que no puedo evitar ser feliz en el proceso. Siento como cambia la energía y mi corazón se llena de alegría.

Desde antes de colocar el arbolito comenzamos con esta tarea, pero es un trabajo arduo y minucioso así que va por partes, aún nos queda por hacer, sin embargo, hemos avanzado bastante. Al revisar mi día, encuentro que ha sido muy productivo y lleno de bendiciones: mi esposo preparó un desayuno y una cena espectaculares, tanto, que a cada bocado sentía mucho placer; se nota que cocinó con amor.

Yo pude consentirlo con el almuerzo, que disfrutamos mientras veíamos la telenovela. Reposamos como veinte minutos, pues no queríamos perder el impulso de nuestra meta de hoy, y con mucho ímpetu seguimos con nuestras labores. Él se encargó del patio y de un depósito que tenemos en la sala, mientras que yo me abarqué las habitaciones y el baño. Incluso en la mañana, mientras mi esposo preparaba el desayuno, estuve haciendo un arreglo de costura y después de comer, mientras reposaba, revisé las tareas de mi hijo. También hice unas transacciones por Internet.

Estoy muy emocionada por la Navidad, la cena será en casa de mi suegra, como cada año, normalmente llevamos el pan de jamón comprado de panadería, pera esta vez lo prepararé yo, ya que debido a la cuarentena aprendí a hacer pan. Siento mucha dicha de poder compartir algo preparado con mis manos, es más significativo que comprarlo y lo haré con todo el amor del mundo para que lo disfruten al comerlo.

Ni decir la ilusión que tienen mis hijos, por un lado está la visita del Niño Jesús y por otro, ellos también aman la reunión íntima que hacemos en casa de mi suegra. El año pasado hicimos un intercambio de chucherías, donde lo importante era una tarjeta que cada quien debía hacer a su amigo secreto con un mensaje con lo que le naciera decirle, yo lloré y lloré de la emoción, soy muy sentimental. No hace falta dinero para vivir momentos intensos, las mejores cosas de la vida no se compran.

En fin, con todo lo que he hecho hoy y aun así me siento llena de energía y mi corazón quiere salirse de mi pecho de lo palpitante que está, me siento esperanzada acerca del año que viene, siento que este fue un año de transición en el que teníamos mucho que aprender y que el que viene será de crecimiento en todos los sentidos. Agradezco a Dios por cada instante de vida junto a mis seres amados.

_{Feliz y lista para descansar.}