Mis reflexiones antes de dormir: ¿La tecnología se adueño de nosotros?

Es impresionante cómo nos hemos vuelto dependientes de los dispositivos móviles, hoy en día es nuestra muleta para un gran número de cosas, incluso dejamos de ejercitar nuestra memoria, pues todo lo anotamos, agendamos y programamos en el celular; ya es una extensión de nosotros.

Recuerdo una película de los 80, Terminator, en la que las máquinas controlaban a los humanos, siempre ha existido ese temor y cada vez es más latente, de hecho, ya somos en cierta forma controlados, con la diferencia de que es una situación que podemos hacerla reversible usando nuestra voluntad, pero estamos tan cómodos que ni lo intentamos.

No sé ustedes, pero yo sí he notado mi poco esfuerzo por retener información en mi memoria, todo lo anoto en una aplicación que tengo en mi celular, hasta las horas de las reuniones o de alguna cita, va a parar a otra aplicación, y cuando no lo hago, se me olvida ¿Cuántos nos sabemos los números telefónicos de nuestro círculo más cercano? Les confieso que yo no.

Pensar en eso me asusta un poco, claro me justifico un poco al afirmar que estoy ocupando mi mente en otro tipo de aprendizaje, pues me gusta estudiar y siempre estoy investigando, pero aún así, debería esforzarme en ejercitar mi memoria para que no se atrofie, porque estoy segura de que de alguna manera debe impactar de forma negativa nuestro intelecto.

Ningún extremo es bueno, así que debemos ser conscientes de que si no lo intentamos, podríamos perjudicarnos, y la tecnología debería ayudarnos a desarrollar nuestro potencial, no a disminuirlo. La idea es entonces no dejar que el teléfono haga por nosotros, lo que somos capaces de hacer. Debemos empezar a guardar datos en nuestra memoria, como lo hacíamos antes del boom tecnológico. No deberíamos pretender que el móvil sustituya a nuestro cerebro.

Y ni qué decir del hecho de que nuestra vida entera está en la web, en las nubes y en cualquier lugar de almacenamiento de datos. Cualquiera puede saber de nosotros lo que desee, con sólo husmear un poco. Antes se suponíamos que debíamos cuidar nuestra privacidad, ahora fácilmente se consiguen rutinas, direcciones y hasta detalles de la vida privada de cada quien. Definitivamente el mundo ha cambiado un montón, y los que venimos de otra era, porque parece que fue en una época muy distante, nos hemos ido amalgamando con todo lo que sucede ahora, sin dejarnos de sentir unos extraños, bueno, al menos a mí me pasa.

La tecnología no es para nada mala, es de mucha ayuda, nosotros los seres humanos, somos quienes abusamos de ella, y como con muchas otras cosas, terminamos convirtiéndola en una amenaza para nuestra integridad; lo más preocupante es que parece que es una tendencia que va en incremento, alejándonos cada vez más de la vida sencilla, en la que dependíamos del uso de nuestras facultades y que hacíamos el esfuerzo por interrelacionarnos cara a cara con los demás.