Mi Amiga La Cleptómana



No podía dormir, daba vueltas en la cama, más mi mente seguía trabajando y no sé porqué razón, recordé a mi amiga la cleptómana.

Hace muchos años que nuestras vidas tomaron rumbos diferentes, para bien, creo yo.

Entonces Hive pasó por mi cabeza, el sitio que recoge mis pensamientos y los guarda más allá de mi existencia. Me levanté como un resorte y busqué mi teléfono para tomar apuntes. Ya todos dormían, debía pasar desapercibida. Caminé hacia el comedor, el sitio más distante de las habitaciones.

Me dispuse a hilar un poco la historia de aquellos días, en los que esa jovencita formaba parte de mi vida.

La recuerdo claramente: alegre, extrovertida conversadora... ese tipo de persona que no puede pasar desapercibida. Era mi colega, compañera de equipo, de postgrado y también se convirtió en mi amiga.



Ella gozaba del afecto de muchas personas, a las que en algún momento les había hecho un favor. Es que así era ella, una buena samaritana: daba alojamiento y hasta comida a quien lo necesitaba. Pero entonces ¿qué tenía de malo?

Lo podrán deducir por el título de esta publicación, sencillamente era cleptómana y hasta creo que mitómana. Y digo cleptómana, más no ladrona, porque siempre he tenido la convicción de que no lo hacía a voluntad.

Al principio no me lo hubiera imaginado, tuvieron que pasar muchas cosas para convencerme. Es que siempre he sabido, que cuando alguien le hace daño a otra persona, también puede hacértelo a ti, pero es que ella sólo le hacía bien a los demás, no podía esperar una mala acción de su parte, no en este contexto, porque por el sólo hecho de ser humanos, todos podemos cometer errores y lastimar a otros, sin querer.



Una vez fuimos a un club nocturno, con varios compañeros de trabajo, incluido mi esposo. Estando todos en la mesa desapareció mi teléfono celular, mi lógica me indicó que pudo haber sido algún mesonero, no hice ningún lío y olvide el incidente.

En otra ocasión, fuimos al cajero automático, mi tarjeta desapareció y también los fondos de mi cuenta, esta vez sí que no tenía idea de lo que pudo haber sucedido.



Pero el evento definitivo qué la dejó al descubierto, se dio una vez que la lleve a comer a mi apartamento. Almorzamos y volvimos a la oficina. Cuando al final de tarde, mi esposo y yo regresamos a nuestro hogar, notamos alguien había entrado, llevándose nuestros objetos de valor.

Claro, aún así, no podía saber era ella, hasta cometió el error de llevar puesto a la oficina, un juego de cadena con su dije, que era mío. Entonces entendí lo que estaba sucediendo, pero, como dije antes, ella parecía no estar al tanto.



Decidí fingir que no sabía nada, la seguí tratando igual, aunque evidentemente, tomando precauciones para evitar ser víctima de sus actos inconscientes. Por más que lo analicé, llegué a la conclusión de que no podía ayudarla.

Creo que Dios, como siempre, me protegió y separó nuestros caminos. Yo estuve fuera de la oficina un tiempo, debido a mi reposo pre y post natal y al regresar, me encontré con la sorpresa de que ella había sido despedida por actos ilícitos.



Nunca más la volví a ver, pero en ese entonces surgían comentarios, de colegas que estaban al tanto de la situación; sin embargo, supongo que, como yo, decidieron seguir adelante con sus vidas, ignorando sus deslices. Es que ella era encantadora y también con un carácter bastante fuerte, nada bueno podría salir de confrontarla.

No encuentro la razón para que estos recuerdos, sin previo aviso, invadan mi presente, pero aquí están y después de dejarlos fluir a través de estas líneas, ya me siento lista para dormir.

Una vez más, gracias a este espacio por existir.



La vida desde el agradecimiento, es una vida llena de bendiciones.



Gracias a todos ustedes por tanto...




Todas las imágenes fueron elaboradas en Canva.

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Ecency