Ego | Conozca mejor el enemigo interno que siempre le acecha.


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Sócrates, el filósofo griego de la antigüedad, dejo a la humanidad una declaración universalmente conocida y de extraordinaria importancia: “Conócete a ti mismo” de modo que quien se conozca a sí mismo, conoce a dios en esencia, tal como se menciona en el oráculo de Delfos “conócete a ti mismo y conocerás el universo” comprendiendo que la humanidad está compuesta de una naturaleza divina y otra terrenal, se explica: la naturaleza divina tiende hacia el cielo, a lo sublime, expresándose en bondad, solidaridad, gentileza, amor inegoista e impersonal, en misericordia, entrega y servicio; mientras que tendemos a expresarnos en “lo mío” en el poseer, acumular o codiciar, siendo estas facultades totales del materialismo. Esta clase de apego nos sitúa en una posición terrenal y que nos constituye como parte de nuestra personalidad. Podemos pasar toda nuestra existencia debatiéndonos entre la naturaleza divina y terrenal, predominando mayoritariamente la última y por eso en el mundo no hay paz, felicidad ni solidaridad.

TENDENCIAS DE LA PERSONALIDAD

El “conócete a ti mismo” debe centrarse en nuestra personalidad llamada “Ego” que desarrolla una tendencia radical y extrema mejor conocida como el “egoísmo”. A diferencia de la individualidad el ego es caprichoso, desordenado y rebelde, anárquica e impositivo. Una fuerte muralla densa y rígida que puede permanecer hasta el fin de nuestros tiempos, además de insegura, miedosa y cambiante, una conducta muy similar al trastorno narcisista debido a la patología de creer poseer más derechos que los demás, mostrando una gran falta de empatía y superioridad. De manera que el ego pertenece al mundo de lo ilusorio, representando la naturaleza inferior puesto que vivimos casi siempre, obedeciendo a conceptos sociales de personalidad.


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Fuente

SIGNIFICADOS DE LA PALABRA EGO

Cada autor y corriente filosófica o científica le han dado a esta palabra un significado particular, para el sistema freudiano es el aspecto consciente de la psique que decide entre los instintos básicos del yo y la moralidad del superyó o yo superior. Aunque el ego es la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. En ese sentido la parte inconsciente que nos centra alrededor de nuestra figura y anhelos, se expresa en competividad extrema con los demás, celos y codicia. A quienes actúan de esa manera se les considera centradas en el “yo”. Otros definen el ego como el aspecto exclusivamente físico de nuestra realidad, como el opuesto a la parte superior que llamamos espíritu. La enfermedad patológica denominada egoísmo.

ANALISIS DEL EGO

El conocernos mejor nos permite varias cosas: ser consciente de que, dentro de nosotros hay una energía anárquica, rebelde, fuerte, astuta y manipuladora que suele salirse con la suya, la cual frecuentemente nos hace errar para luego lamentar las consecuencias de nuestra debilidad. Saber que ese enemigo que nos acecha, de modo que podamos enfrentarnos a sus astucias y manipulaciones con éxito es encontrar nuestras tendencias erróneas, nuestras debilidades y limitaciones, de modo que podamos emprender acciones precisas y eficaces en contra de ellas para erradicarlas. Siendo este una especie de fantasma que controla nuestras vidas, sin que tengamos la suficiente voluntad para controlarlo, esta idea invisible, incorpórea, ilimitada que uno tiene de sí mismo. Es sencillamente una ilusión, la imagen falsa de nuestra verdadera naturaleza. No es que trate de ser un sueño o una irrealidad pues las tendencias están ahí y son fuertes y somos débiles ante ellas, es decir valores que no vale la pena cultivar, pues entre su resultado efímero que solo alimentan el físico, trayéndonos sufrimiento e infelicidad luego de alcanzarlos; vivimos sumidos en esa falsa ilusión en la falsa imagen. Creyéndonos importantes, inteligentes, distintos o superiores, etc. Cuando no conocemos nuestra verdadera esencia del “yo” esa chispa divina encarnada en cada uno de nosotros, nunca conocerá su absoluta naturaleza que no incita a las separaciones ni a los conflictos, las guerras el dolor o la destrucción. Quienes actúan bajo las ilusiones del ego viven una forma distorsionada de la vida trabajando y coexistiendo exclusivamente para sus propias satisfacciones, y su principal ilusión es la ilusión externa. Contrario al hombre egoísta, la misión del hombre sabio que ha alcanzado su realización espiritual expresando la naturaleza divina –la individualidad- su yo superior (como lo denominan los metafísicos) este yo superior viene a ser la voz de la sabiduría que el hombre realizado escucha y obedece. Nuestra doble naturaleza encontrada en esta referencia, nos ubica frente a dos personas dentro de nosotros mismos, una es el ego charlatan, exigente, histérico y calculador y la otra es la voz que nos pide que no vivamos en definiciones, que nos aleja de la felicidad y el amor hacia nuestro alrededor.

REFERENCIA

Revista impresa CABALA año 1998.

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