This content was deleted by the author. You can see it from Blockchain History logs.

El Liderazgo, la Comunicación y el Poder como factores primordiales en la Organización

Pixabay

     Los factores en los que influye el liderazgo son la base innegable de una organización debido a que no solamente afecta en la obtención de los objetivos programados, sino que el desarrollo integral y la satisfacción laboral van en relación a este gran carácter debido a las fuertes contracciones que sufren nuestras organizaciones en mira de fortalecerlas y tecnificarlas ¿Para qué? Acondicionarlas ante los cambios que durante décadas ha venido experimentado nuestro mundo y así mantener un rendimiento y empeño por parte de todas las estructuras estables que sea de provecho para dichas organizaciones. El liderazgo es el proceso que influye sobre los miembros de una organización, si bien debe ser ejecutada por un líder y este a su vez tiene que cumplir una serie de actividades que conforman dicho proceso estableciendo una fuente de características que complementen su perfil el cual será expuesto a los demás miembros y ellos tendrán la opción de seguirlo o no; este asunto consta de una serie de pautas de índole psicológico que afectan a la masa de forma indirecta y remota. En este trance actúa de forma indiscutible la comunicación debido a que el líder, en su estado de emisor debe recurrir a fomentar sus planes e ideales de forma eficaz, empírica y efectiva, en diversos tipos de contextos y diferentes formas de mensaje para que sean comprendidos por el receptor, y este al tener todo esto como evidencia de los actos del emisor sepa si es bueno o no para la organización. El líder, teniendo un perfil positivo para los demás miembros se le delega poder en la organización, pero ¿Qué significa esto? Desde este punto podemos citar las palabras de Henry Mintzberg quien concibe el poder como “la capacidad de influir sobre el comportamiento de los agentes en la organización”. Pero que se recalque bien, el poder no es lo mismo que autoridad, pues el hecho de ejercer un poder dictatorial sobre una organización solo es aceptable si quien lo ejecuta tiene un puesto superior y, sin embargo, según mi perspectiva esto se simplifica al hecho de que este no tiene el liderazgo suficiente en su organización como para acarrearla y carece de fundamentos de comunicación entre sus miembros quien al final son quienes ejecutan sus ideas y están en contacto con ellas.

     En este sentido, un equipo debe ser liderado, principalmente por el motivo que debe ser representado por alguien que se figure como la imagen del grupo, pero actualmente este líder es una persona que además de representar al grupo debe orientarlo a optimizar sus recursos e ideales en relación al contexto actual, estamos en la era digital y por ello las organizaciones y empresas cambian de forma teórica y práctica en diversos aspectos. Esto bien puede ser algo difícil de captar por una gran masa de trabajadores y otros, pero es tarea de la minoría categorizada como líderes de hacerles ver que el futuro ya es hoy y empezó hace mucho tiempo. Ante todo, es preciso decir que en un equipo u organización además de contar con líderes que ejerzan el liderazgo a través de su autoridad formal, pueden existir otros que lo sean por su autoridad moral, o sea, que lo ejerzan por decisión del grupo. Ambos “liderazgos” pueden ser ejercidos por una misma persona o por más de una según sea el caso. El liderazgo ante todo debe ser eficaz de manera integral, y por la influencia y repercusión que tiene sobre los seguidores debe ser portador de una ética social que permita la transparencia y la honestidad en todas las actuaciones y decisiones. En sentido general, es un proceso que interrelaciona al líder, al seguidor, a la situación existente en ese momento y a las actividades que se realizan. El tema del liderazgo ha sido investigado por muchos, planteándose diversos criterios y enfoques al respecto, la disyuntiva sobre “los líderes nacen o se hacen” ha sido muy debatida existiendo seguidores de ambos criterios, tratando de relacionar algunos aspectos en similitud entre diversos líderes potenciales de anteriores épocas para verificar alguna hipótesis, la realidad es que aún no hay una definición debido a que existen teorías específicas que avalan cada criterio.

Pixabay


     En este orden de ideas, una vez apartada la incógnita sobre los rasgos o características que son criadas o no en las personas con relación al liderazgo, la atención fue dirigida hacia el estudio de lo que hacían los líderes, es decir, su comportamiento. Se expresó que para el ejercicio del liderazgo se necesitaban desarrollar dos aspectos fundamentales que fueron: el laboral (el trabajo) y el relacional (de apoyo al grupo). Con esta forma de enfoque era necesario que se atendieran ambos aspectos por el líder en cuestión, la práctica demostró que en muchos casos estos dos aspectos podían ser atendidos por personas distintas, en el primer caso, laboral, por un líder formal y en el otro caso por uno informal para la atención de apoyo al equipo. Además de esto cabe destacar que el líder debe contener caracteres que influencien a distintos entornos y personas, es decir, de haber un superior, el líder manifestaría todas las ocurrencias y planes que este tenga a un determinado campo, pero de tratarse de los demás miembros este debería ligar ambos aspectos (laboral y relacional) siempre teniendo un modo de transmitir conversación que lo identifique como alguien intelectual, amigable, de confiar y argumentado lo que establecería también contacto con el superior de forma indirecta. Aquí interviene la psiquis que este envía a su receptor lo cual es un tema discutido en la antes mencionada incógnita sobre si los lideres se crean o nacen.


     Hoy día, se habla de la idoneidad de un líder, según varias fuentes y mi percepción, esto no existe debido a que no es posible definir un líder idóneo sin determinar algunos factores que enmarcaran el ambiente donde este ejecute. Como bien antes se ha demostrado un líder debe amoldarse a la situación, pero si debe diferenciarse y hacerse ver junto a sus mentalidades por esto se hacen diferenciar según sus estilos de comunicación, planeación, autoridad y otros. Para empezar, se puede establecer que es un líder autocrático, el cual es un tipo de persona que le gusta la exactitud y cree que él es el más conveniente para ejecutar las actividades y por ende es capaz de argumentar y realizar todo él solo, son personas con orientación a la tarea y la organización, pero no a las relaciones interpersonales. Por otro lado, está el líder participativo, quien se unifica al montón, pero hace verse supervisando y mediando en los conflictos que se ocasionen, este estilo esta fomentado según lo pensado por el abogado Peter Drucker (en 1991) que no basta el poder formal para que una persona se convierta en un líder adaptado a los tiempos que corren. Además, el antropólogo y primatólogo Pablo Herreros Ubalde, nos cuenta en el post “Somos Primates”, que según estudios observacionales realizados sobre sociedades pre industriales, así como sobre el comportamiento de los primates no humanos, existe el liderazgo natural que surge con facilidad cuando se cuidan las relaciones entre individuos, y se tienen ciertas cualidades que aporten beneficios al grupo. Este posee habilidades muy destacables en comunicación humana y permite la participación en la toma de decisiones. Estos líderes se orientan a las personas, pero también facilitan unos buenos resultados en la empresa. No adopta una posición dominante, y posee cualidades innatas que le hacen ser reconocido. Este último estilo de liderazgo es confundido con el carismático el cual posee ciertas similitudes, pero no es del todo igual, pues estos transmiten seguridad y poseen la capacidad de hacer que se mantenga la atención en ellos, tienen mucha energía si se trata de hacer cumplir los objetivos de un proyecto, o de la misma empresa. A mi parecer este estilo no es tan bueno debido a que no crea autonomía entre el grupo debido a que, si este se retirara, crea un hoyo sentimental en los demás debido a su peculiaridad y afectividad con los demás. Otro estilo que habría que mencionar sería el burocrático, el cual a diferencia del autocrático si delega funciones, pero estrictamente a su forma, mostrando rigidez en todo momento la cual, en determinados ambientes, hace mucha falta. Existe también el estilo orientado a la tarea, el cual es dinámico y propio de personas competentes, quienes delegan bien en el equipo. Este está siempre relacionado con el estilo “Laisser faire” aunque este se despreocupa mucho del orden y estructuramiento debido a que somete básicamente a los miembros a un estado de democracia donde todos participan y por ende, depende mucho de ellos, a mi parecer no es un buen estilo de liderazgo, mucho más sabiendo del estilo transformacional, el cual he dejado de ultimo por ser el mejor perfil para regir una organización de cualquier tipo, pues este, basado en las teorías de Bass y Burns (1981), consigue el compromiso de los trabajadores partiendo de la propia motivación de estos y poseen habilidades excepcionales en la coordinación de grupos, basándose en sus conocimientos sobre el trabajo en equipo; están interesados en las dinámicas grupales, y a la vez en la individualidad de cada empleado y eso me parece excepcional.

Pixabay


     Como se ha reflejado, cada uno de los estilos se identifican según su comportamiento y gestión de directrices, y más allá, sus métodos de comunicación. La motivación de los grupos de trabajo, depende enormemente de la comunicación que posee el líder con el equipo. El líder debe de ser capaz de transmitir la estrategia y la visión de la empresa, así como también los objetivos específicos de su organización, una comunicación efectiva entre el líder y los miembros del equipo, permite que todo fluya de una manera natural, evitando de esta forma conflictos y problemas que pueden surgir en el equipo debido a la ineficiencia a la hora de transmitir lo que se desea. Los riesgos de la falta de comunicación son muy prolongados, el peor caso es el que disminuya la motivación por parte de los miembros quienes al final del todo, son quienes te ayudan a subir escalas, son quienes te darán su crítica y también su apoyo pero lo más importante, son la mayoría y en realidad son quienes deciden que hacer dentro de la organización porque no importa todo lo que un líder o un superior diga, simplemente pueden diferir y crearan su propio líder el cual los representara y allí es donde se formaran los sindicatos y entre otras cosas. Para esto, se han creado sistemas potentes de comunicación los cuales dan forma al nombre de nuestra era (información digital) y hacen fácil la comunicación más que todo extralaboral entre todos los miembros. Aunque, según estudios se ha demostrado que el líder necesita de una comunicación presencial para fortalecer lazos para así crear confianza entre los miembros, el contacto físico es fundamental pues permite conocer las fortalezas, los puntos de vista y las emociones, además de instaurar un buen marco para crear apoyo mutuo.


     En otro orden de ideas, un punto que no se ha tocado, al menos no directamente, es la relación del líder con el grupo siendo el líder el receptor, es decir, quien recibe todos los comentarios y puedo decir que este es un punto muy importante porque no todo es hablar y hablar, sino que una persona íntegra e intelectual sabe que debe escuchar para después analizar las situaciones, preverlas y neutralizarlas si no son deseadas. Con esto quiero decir que una de las funciones de ser líder involucra el hecho de escuchar al grupo en general en busca de desvanecer conflictos los cuales terminarían dañando a la organización. En general puede haber dos escenarios, una crisis o una diferencia de criterios; lo común es que sea entre los colaboradores, pero en fin ¿Se refleja la importancia de la comunicación como carácter en un líder para su organización?

     Aunque el intercambio de ideas en una organización o empresa es vital para sus procesos continuos, cabe destacar que no es lo único que hay que plantearse, también el intercambio de bienes o servicios es trascendente para el buen desempeño de cualquier compañía. Saber negociar es importante para una empresa debido a que esta para que funcione necesita de poder tener buen equipamiento y ventas y esto se consigue a través del negociamiento, si bien en el trayecto de esta nueva era se han ido transformando las tácticas que se emplean para que esta actividad sea elaborada, con el fin de obtener lo máximo posible por el menor costo. A través de estas tácticas se trata de optimizar el recurso humano, el cual siempre es el ejecutador de esta acción y es quien debe poseer todos los instrumentos y conocimientos necesarios para poder llevar el negocio de buena manera y poderle sacar el mayor provecho.

Pixabay


     Desde la antigüedad se han experimentado ciertas modalidades que se emplean hoy en día para llevar a cabo este proceso, pero se han ido tecnificando y desglosando para poder crear teoremas que comprueben tales tácticas. La principal modalidad que se ha utilizado y hoy en día se emplea mucho en el área de marketing, es la que consiste en establecer una oferta elevada, coloquialmente llamada “no todo lo que brilla es oro”, específicamente se encarga de atraer a un posible cliente con una llamativa oferta la cual, si es tomada va bajando o simplemente no es del todo obtenida. Una táctica de negociación que tiene el mismo objetivo que de establecer una oferta elevada es la de realizar demandas excesivas; algunas de las cuales podrían ser irrelevantes o simplemente son algunas que no son de interés en lo absoluta y tendrían como único objetivo el ser intercambiadas por beneplácitos. Un punto a plantear sería el de las concesiones en este tipo de negociamiento, una concesión es el hecho de concederle al otro una parte de lo que el quiere o demanda o bien, la totalidad; esto da a conocer dos tipos de tácticas, la primera es la de otorgar parte de la concesión (miniconcesiones), está bien no es muy confiable ya que al otorgar continuamente puede girar el peso de la balanza y simplemente dejarnos en un punto negativo. La segunda táctica consiste en pedir concesiones (lo contrario), debido a que es posible pedir varias miniconcesiones con el fin de que sumadas todas éstas, signifiquen bastante, por ejemplo, al pedir un pequeño descuento para cada producto, y luego pedir un descuento global para todo. En este ejemplo se puede aclarar algunos de los factores influyentes en la negociación, y es el poder conseguir todo lo posible del proveedor, aunque esto sea pequeño o de simple utilidad, ya que al succionar todo lo que este nos pueda facilitar estamos utilizando todas nuestras herramientas y optimizando el recurso vital del negociamiento.


     Otro factor influyente es el del comparamiento, ya sea con actividades precedentes o con otras actividades similares, unos ejemplos acordes serían “sé de otros locales similares que se alquilaron hace poco en menos de 1000 dólares” o “siempre hemos acordado esta cantidad ¿Por qué cambiar lo que siempre hemos hecho?”. Casi siempre el objetivo de esto es poder amoldar las aspiraciones de la contraparte, también empleándose en cuanto al negociamiento con trabajadores, casi siempre por el ajuste de sueldos y entre otros. En esta parte es conveniente explicar sobre el posible desliz que existe en el momento en el que la parte irónicamente por así decirlo le coloca una opción paralela a la contraparte en modo de superiorizar su oferta con la otra, la cual puede ser ficticia o real. Aquí posiblemente se ve el uso de la táctica del engaño, incluso utilizando una psiquis hacia la otra parte para sacar conclusiones de sus valores primordiales a obtener, y así explotar este conocimiento y pedirle lo mayor posible a cambio de este valor. En cambio, colocándonos en la vista de la contraparte podemos saber que este otro quiere explotarnos, y debemos aclarar los límites y mantener nuestra posición, negando cada propuesta que no nos convenga u otro hecho que acabe desproporcionando nuestras ofertas o valores.

Pixabay


     Un componente que ayuda al momento dado es el de la rabia, esto demuestra la autoridad y autocracia a la que se debe someter la contraparte, aunque este puede reaccionar de manera negativa desvaneciéndose del negociamiento. La rabia ayuda a la parte a establecer los límites que se le están presuntamente vulnerando, y de ser el caso puede exponer algunas amenazas a la otra parte, que se vería acorralada y expuesta, dando así a otra táctica para el negocio. Por otra parte, devolviéndonos a la otra parte, la cual se ha quedado expuesta y vista en una situación insostenible, puede argumentarse a través de otro factor el cual consiste en exponer su “yugular”, es decir, hablar de sus partes vulnerables y aclarar que podrán pagar un precio justo y coherente en relación a la situación de su empresa y a lo justo. O bien también puede oponerse y pedir hablar con superiores del personal que está en situación de demanda y rabia, para así tratar de vulnerar lo que este dice y de lo que se respalda, creando una circunvalación para después tratar de crear una especie de redondeo y volver a ponerse en una posición positiva dentro del negocio. Para esto la parte debe usar al máximo su habla y mediar en una conversación que aplaque lo tenso, incluso de llegar a usar el humor de por medio tratando de evadir todo el conflicto y terminar el proceso, además se puede hacer uso de otra técnica y es la de ofrecer otras propuestas, las cuales y sean pequeñas traten de darle más sentido a lo que este recibirá, estas propuestas pueden darse al último minuto, donde estén a punto de firmar y este saque a flote este pequeño dialogo que pueda culminarse de forma positiva para él.


     Visto todo esto, podemos concluir en varios puntos clave, dándose todos en un entorno de poder el cual evoluciona según la comunicación, el liderazgo y poder de convencimiento que el aspirante posea en su mentalidad. Según Parsons, “el concepto de poder se usa para referirse a la capacidad de una persona o grupo, para imponer de forma recurrente su voluntad sobre otros”. De hecho, tiene razón, el poder siempre está de múltiples formas en el contexto organizacional y esto es innegable ya que se puede partir por el simple hecho de que una organización se funda de acuerdo a la voluntad que tuvieron desde un principio sus fundadores y siempre se verá a estos como el pilar fundamental y decisivo dentro de la organización. Todas las empresas persiguen objetivos, metas y tienen planes que cumplir, para ello es necesario que utilicen un sistema de coordinación y control basado en el poder y la autoridad que representa cada puesto de la compañía. Dentro de la organización se presentan diferentes situaciones que necesitan del control y regulación del comportamiento de los individuos dentro de la misma y en debidos casos puede ser necesario emplear metodologías estrictas basadas en el poder que se contenga. Muchos expertos e intelectuales definen el término poder, todos conciben la palabra como: La facultad para hacer algo, la capacidad de provocar ciertos efectos, el estar capacitado, reunir las condiciones para hacer lo que decimos, entre otros, pero en sí ¿Cómo el poder se debe manejar teniendo como objetivo el funcionamiento óptimo de la organización?

     Todo se manifiesta en lo anteriormente explicado, si leemos e internalizamos sabremos que un carácter conlleva a otro, el liderazgo contrae el posicionamiento de poder pero quien en realidad sabe como controlar y acarrear a un grupo, está al tanto que es dejándolos interactuar, porque ellos son quienes en realidad ejecutan las ideas y deben permanecer con una constante comunicación con el líder para que así la organización funcione y no se cree un desorden debido a la mala utilización del poder contraído por todo el esfuerzo que se ha dado; la autoridad se obtiene cuando tu liderazgo y empeño es muy alto, tanto que has creado una fuente de poder en el grupo por tu buena relación con ellos y tu buena manera de transmitir ideas innovadoras.