Volvamos a sonreír
una mejor forma de vivir,
donde ellos lloran de repente
y luego se les escucha reír,
donde las heridas sanan rápido
y ellos vuelven a insistir.
Que podemos correr
por los parques
y tropezar con personas
que jamás volveremos a ver,
pero que durante esos momentos
se rieron con nosotros también.
Que al correr en bicicleta
sentiremos la brisa
sobre nuestra piel,
y que a pesar que la cadena
se salga,
nos detendremos para arreglarla
y continuar después.
Que podemos comer
toda clase de dulce
hasta que la barriga nos cruja
y nos duela tal vez,
pero nos sentiremos contentos
de poder variedad tener.
Imitemos de los niños,
que a pesar de sus caídas
se levantan, se sacuden
y se ponen firmes otra vez,
reflejando en sus rostros
la felicidad que juntos
llegan a tener.
