Un corazón generoso ¡Aprendamos el valor de la generosidad!

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Imagen diseñada con Photoshop Cs6



Generosidad, un valor que reluce como un diamante escarchado. Al ser buenos con otros y ofrecerles nuestra ayuda, estamos atando lazos por una sociedad más íntegra y armónica. No hay egoísmos de por medio, solo hay espacios para la cooperación mutua. Al ser generosos entendemos los problemas del otro, dejamos a un lado la indiferencia y forjamos una sociedad más unida. Apoyamos a las personas que están en difíciles situaciones porque nos ponemos en sus zapatos y sabemos lo que significa cargar penurias en los hombros. Simplemente, ser generosos significa ser buenas personas con el prójimo.

Pero, ¿realmente nos nace ese valor generoso cuando vemos que alguien está en apuros? Todo depende de lo que esa persona significa para nosotros, y esto puede ser un impedimento para brindar nuestra ayuda a otros. Imagina que tu peor enemigo está a punto de ser despedido porque no hizo bien un reporte del trabajo, curiosamente, tú tienes un ejemplar del año pasado de ese reporte que podría sacarlo de apuros… ¿Se lo prestarías aun sabiendo que él o ella hace tu vida imposible?

La solidaridad y la generosidad van de la mano, son como esa pareja de novios que jamás se separa ni para ir al baño XD. Entonces, cuando pasamos por encima de nuestro orgullo y le prestamos nuestro apoyo incluso a las personas que son detestables, le estaremos dando una grandiosa lección y, aunque no lo crean, lo ayudaremos a reflexionar y cambiar su aptitud. Además de “Dar sin recibir a cambio” yo agregaría “Haz el bien sin mirar a quien”. Si somos generosos con nuestro círculo más cercano ¿Qué sentido tiene jactarnos como buenas personas?

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Imagina que eres un árbol y todas tus raíces impregnaran la tierra, obviamente, tus frutos no solo serán para unos pocos, pues todo aquel que pose frente a tus frondosas ramas podrá deleitarse con esa naranja o ese mango que brindas. Sí, este mundo es para compartir, y no solo me refiero a la caridad. Miremos más allá de nuestros hombros y arrogancia, y enfoquémonos en mejorar este gran globo al que llamamos Planeta Tierra ayudándonos los unos con los otros. De nada sirve ser egoístas, porque así solo nos volveremos personas detestables.

El egoísmo es la peor solución para integrar a la sociedad. Si solo pensamos en nuestros propios intereses e ignoramos lo que hay a nuestro alrededor, entonces el mundo se irá derrumbando bajo nuestra indiferencia. En pocas palabras, de nada servirá preocuparte solo por ti cuando el mundo exterior te afecta. ¿No es mejor contribuir para mejorar a la sociedad en todos sus aspectos? Sí, es mucho mejor. La avaricia también es una piedra que debemos eliminar de nuestros zapatos. Quitémonos esa venda de los ojos y abracemos una realidad dónde la cooperación y la hermandad brillen al son de las buenas acciones.

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Generosidad -> Solidaridad -> Amor. Tres términos indispensables cuando de ayudar a otros se trata. ¿Por qué son tan importantes estos temas? Te lo explico: cuando eres generoso estás obviando algún tipo de interés material o económico, y eso no te hace una persona egoísta. Cuando no eres egoísta estás siendo solidario, por lo que el amor que compartas será honesto y puro. ¿Lo ves? Es una cadena de valores que se entrelazan para fortalecer la bondad humana, esa que aún brilla en nuestro interior y que no está del todo perdida.

Siempre es mejor actuar por bien que por mal, al final la mejor recompensa es esa sensación gratificante que te limpia la conciencia. La generosidad está ligada a un bien motivado por “cero” intereses mezquinos. Es decir, si solo quieres ayudar únicamente para que otros “vean” que eres bueno, también estás siendo un “interesado”. Aprovecharse se las malas situaciones ajenas únicamente para destacar es peor que no ayudar, porque lo están haciendo solo para ganar fama y en el peor de los casos, hasta dinero.

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Recuérdalo:

Generosidad -> Para ayudar a otros independientemente de su cultura, raza o etnia, obviando los intereses mezquino.

Solidaridad -> Para fortalecer lazos y dirigir nuestras buenas acciones en base a la honestidad.

Amor -> Para otorgar sin distinción la ayuda necesaria a todas las personas que la requieran.

Seamos generosos, nada nos cuenta. Además, con nuestras buenas acciones cultivamos una sociedad mucho más unida, equilibrada e incluso feliz. Cuando ayudas a otras personas regalas sonrisas y una alegría que no se comparará ni con el mayor tesoro del mundo. Tu mayor recompensa será un mundo más positivo y empático. ¡Qué mejor regalo que ese!

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