Mi dulce hogar

image.png La foto fue tomada por mi nieto @anthony2019, con el teléfono de mi hija Laudimar, en el porche de mi dulce hogar


Aquí en este bello y dulce hogar, llevo la mayor parte de mi vida, tengo 48 años habitando; primero un espacio donde no había un bloque, un tubo y un piso, donde mi familia, es decir, mi esposo y mi hija mayor vivíamos en una casa de lamina de zinc, paredes y techos; allí comenzaron a construir pieza a pieza la casa, con paredes de bloques y su techo de tabelon y su piso de cemento. También, mi familia crecía cada dos años, llegaba una hija, mis princesas se multiplicaban y nosotros. Su papá y yo felices, porque cada vez la casa crecía y la familia se multiplicaba; allí crecieron mis 6 hijas, ellas estudiaban y su papá y yo trabajábamos, para seguir haciendo la casa y así las tuvieran para cubrir sus necesidades.

image.png Foto captada por mi nieto @anthony2019, con el teléfono de mi hija Laudimar, en donde se aprecia la cerámica de mi casa


En un mediano plazo, construimos mi dulce hogar, fresco por todos lados. Tiene 5 habitaciones, dos salas, un porche, un garaje, 3 baños, una cocina, un comedor, un patio amplio y bien ventilado, con bastante aire puro y arboles frondosos, donde paso la mayor parte del día escribiendo, leyendo y haciendo algo de mis creatividades, como es tejer. En este lugar, lavo mi ropa, converso con mis amigas, mis vecinos, mis hijas y mis nietos, donde mi nieto Franklin Javier vive conmigo, junto con su madre. Disfruto de la visita de mis hijas, que vienen a pasar el día conmigo; les cuento que aquí nos reunimos, comemos, hablamos, reímos, contamos cuentos y recuerdos cuando eran niñas mis hijas, y de las anécdotas de mis nietos, porque casi todos nacieron, crecieron y se formaron aquí en mi dulce hogar, ubicado en el Sector la puente, de la cañada, específicamente en el Estado Monagas, Venezuela.

image.png La foto fue tomada por mi nieto @anthony2019, con el teléfono de mi hija Laudimar, en el porche de mi dulce hogar, ubicado en el Sector la Puente, de la cañada


Nosotros, los abuelos ya mayores, aveces estamos un poco enfermos, ellos nos animan y nos dan fuerza para seguir viviendo, y no pensar en todo esto que esta ocurriendo en el mundo, que nosotros vamos a seguir viviendo en el nombre de Dios, porque ese Covid-19 lo vamos a vencer.

Aquí estamos todavía haciendo la casa, la cual ya casi esta terminada con techo de plata, paredes de bloque, piso de cerámica y reja de metal. Por eso, pienso y digo "cuando se quiere se puede", y todo se logra con amor y fe, pensando en el futuro y soñando en grande, para poder triunfar.

Me despido con las bendiciones para ustedes, en el nombre del Señor.

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