Saludos a todos los queridos lectores de esta y otras comunidades colmena, hoy quiero aprovechar para escribir sobre un hecho que hemos vivido mi familia y yo en la lucha por alcanzar una meta propuesta. Esta és una história que forma parte de una realidad que vivimos muchas familias venezolanas en su lucha por buscar un futuro mejor.
Desde los primeros meses del año he estado en proceso de salir del país con destino a Brasil, pero la frontera por Pacaraima estaba cerrada por lo que la única forma era ir desde Colombia. En el mes de febrero salió mi esposo hacia Colombia la frontera estaba cerrada asi que cruzó la trocha, luego nos tocó a mí y a mi hijo en el mes de marzo, y cuando llegamos habían abierto la frontera pero solo el lado colombiano así que cruzamos la frontera por la trocha y cuando llegamos al otro lado pude sellar el pasaporte de mi hijo y el mio, luego tambien el de mi esposo, nos íbamos al mes siguiente pero resulta que mi esposo y yo nos contagiamos de covid -19, pero a mi esposo le dio aún más fuerte la enfermedad, así que por esa razón no pudimos viajar, tuvimos que extender la fecha del viaje, habíamos comprado los tiquetes a través de Copa Airlines, esa aerolínea exige la prueba de covid por lo que tuvimos que esperar un mes más, pero yo no dejé de trabajar con mis publicaciones y mi esposo con su trabajo de programador, cuando llegó la fecha del viaje volvimos a hacer la prueba y mi esposo aun daba positivo, así que otro mes más extendimos la fecha.
Llegó el mes de junio y de nuevo nos hicimos las pruebas de covid y todo estaba bien, nos fuimos al aeropuerto internacional de Medellín que está en Río Negro a las 2 de la mañana, íbamos con nuestro equipaje listos para embarcar, cuando llegamos allí a la hora de hacer el cheking nos dijeron que teníamos que tener un pasaje de vuelta a Venezuela y mi esposo solo tenía la reserva, y nos pidieron el boleto pagado, que eran más de 3 mil dólares, nosotros no teníamos eso porque obviamente vamos a emigrar y lo que nos interesaba era llegar a Brasil y poder tramitar los papeles de residencia para ser legales y si pagábamos el boleto de regreso al llegar a Brasil teníamos que cancelarlo y la aerolínea no devuelve el dinero así que no pudimos viajar, estábamos sentados en una de las cafeterías del aeropuerto mi esposo devastado, mi hijo llorando y yo me sentia con impotencia, nos sentamos a pensar un rato y recordé que justo en ese mes de junio abrieron la frontera de Brasil por el lado de Pacaraima así que dije vamos a Venezuela a pasar por Pacaraima va a ser difícil pero tenemos que llegar a nuestro destino, sin pensarlo dos veces nós fuimos y cruzamos de nuevo la trocha de Colombia a Venezuela de regreso, esta parte fue muy difícil, logramos llegar a San Antônio del Tachira en el terminal. Los guardias te revisan todo lo que traes si no te piden dinero y evitas revision. A partir de allí comenzó nuestra odisea, se pierde de mi memoria el número de alcabalas que cruzamos, hicimos paradas en varios estados cuando estábamos muy cansados nos quedamos a dormir y agarrar fuerza para poder continuar hasta que llegamos a Pacaraima, cruzar de ese lado tampoco fue fácil, es triste pero los venezolanos estamos presos en nuestro país y para poder salir hay que pagar en todos lados, es horrible cada vez que bajaban nuestro equipaje para revisarlo y cuando preguntaban ¿a dónde vas? ¿Se van a ir del país? No sabías que responder gracias a Dios que conseguimos una persona que nos llevó desde Puerto La Cruz y conocía toda la ruta y pagaba a cada paso, y nos dejó justo en el cruce, ahí tuvimos que llorar y darles un teléfono y 50 dólares a los guardias que custodian el lado venezolano para que nos dejaran pasar por las banderas.
Se logro pasar y luego llegamos a una carpa del lado brasileño, Los federales nos atendieron y nos preguntaron como habíamos pasado y hablamos con la verdad, estaban molestos porque no entendían como se comportaban así Los mismos guardias venezolanos con Los mismos venezolanos que intentan salir o emigrar del país, nos colocaron unos brasaletes distintivos, nos dieron comida y nos llevaron en una camioneta a mi familia y a otras famílias a la carpa grande donde pudimos empezar el proceso de los papeles y el protocolo y eso duró varios días. En las tardes salimos de allí a buscar un lugar para dormir, para eso fuimos a un hotel y el proceso se demoró más de lo que pensábamos, cada mañana cuando nos acercábamos a la gran carpa podía ver con tristeza a tantas familias en las calles de todo pacaraima, muchos niños con rostros cansados en ese lugar donde el clima cambiaba de un momento a otro, llueve, de repente hace frío y luego de repente cambia a un calor terrible con mucho sol, de repente hay hasta niebla fría y también del calor, el polvo, todo eso es una locura. Todo con la esperanza de ser atendidos y ser ayudados con refugios con interiorización o residencias temporales. Ese fue el caso de nosotros en la residencia temporal y aunque tuvimos el privilegio de haber pasado por las banderas y ser atendidos rápidamente, todavía tuvimos que esperar para pasar de una sala a otra.
En esos días hablé con mucha gente de muchas partes, en ese lugar había gente que no tenía nada en Venezuela, otros esperaban a sus familiares en alguna ciudad de Brasil, otros estaban solos esperando una decisión para ser enviados a cualquier lugar, y tantos otros casos. Todos con sus vidas resumidas en sus bolsas y maletas durmiendo en la calle, en poco tiempo nos volvemos tan parecidos, la mayoría con el mismo pensamiento buscando un futuro mejor.
Esta há sido mi história y asi como lá mia hay mas histórias de muchisimos hermanos venezolanos, que están escapando de lá situacion que se vive en nuestro país, tal vez porque no tienen mas opciones o por lá razon que sea,vivimos una Carrera de resistencia en donde muchos nós agotamos sin tener un momento para disfrutar de nuestra família, pienso que nosotros merecemos mejores cosas, merecemos ser libres, merecemos trabajar para tener que ofrecerle a nuestros hijos.
Sin mas me despido deseandoles como siempre muchisimas bendiciones y muchisima salud para sus vidas, demas está decirles que sigan adelante que si ven que se les cierra una puerta busquen otras alternativas.
