Cuánto te extraño
en carne propia, que el amor de una madre
es sublime, abnegado y verdadero,
ella te ama de una forma que solo ella puede hacerlo.
Cuánto te extraño madre mía, te anhelo
con desesperó, cuando te tenía conmigo
y sufría de agudos dolores tu mano me la pasabas
y aliviabas hasta mis temores.
Ahora que no te tengo, comprendo la gran
falta que le hace una madre a sus hijos,
no consigo ninguna palabra
que me dé algún consuelo, ni un respiro.
Por eso suplicó a Dios que me tenga compasión,
cierro mis ojos y te imagino
a mi lado sosteniendo mi mano y diciéndome
"hija tranquila, que todo va a salir bien".
Le estoy inmensamente agradecida a mi
madre, por darme mientras vivió,
todo su consuelo y su amor
es algo digno de mención.
Siempre ocuparás un espacio muy
grande y especial en mi corazón
madre mía, te recuerdo con respeto
y con mucha admiración.