Descalabrados pensamientos
invaden la locura,
amaneceres incógnitos en los labios
de quien nombre le da.
Dos disparos a lo lejos
retumban en la cuidad,
ciudad de perros y ratas,
de escombros y lujuria.
Humo y contaminación
ensucian las paredes,
las paredes de la inmensidad.
Noches aisladas,
amaneceres oxidados,
espacios vacíos entre los amantes.
Lúgubres los ojos de quien la camina,
tierra y moho,
moho y tierra,
largos días calurosos,
enlodan el ambiente.
Niños descalzos
techos vacíos,
ciudad abandonada,
ciudades perdidas.
Como cascaras de huevo
pisados atardecen los días,
puertas cerradas,
puertas abiertas.
Ciudades Perdidas.