¡Hola Hivers!
Hoy compartiré con ustedes algunas fotografías de "el lago de la luna" un hermoso espacio natural ubicado en Boca de Uracoa, en el estado Monagas de Venezuela.
Y es que en uno de mis viajes a aquel pueblito, no pude contener mis ganas de sacarle fotos a ese paisaje que contrasta entre el agua y lo verde de los árboles. Allí solo se llega en canoa, o en bote como algunos lo conocen. Lo más maravillosos son las aguas tranquilas, libres de todo ajetreo, donde solo te acompaña el remo y las manos fuertes.
Los lugareños le dicen "Lago de la Luna", esto se debe a que cuando el sol se está poniendo la luna recién nacida se proyecta en el horizonte e inunda las aguas de su hermoso color plateado.
Algunos indígenas de la zona creen que las aguas del lago son las lagrimas de la luna, que, buscando el rastro de su amigo el sol que la abandonó, inundó el lugar con sus lágrimas.
Por las noches sucede lo más maravilloso...
La luna le regala un brillo inigualable a cielo, un plateado profundo que devela las palmeras y los bosques espesos. Las luciérnagas se apilan y brillan como estrellas, alejando todo rastro de oscuridad.
Aún en pandemia el lugar no pierde su resplandor. Encallados los botes esperan la visita de los turistas que, debido al coronavirus, han dejado de viajar al sitio.
Otras actividades que los lugareños hacen son la pesca, la cual ha permitido llevar el alimento a las familias de la zona. Han sido épocas duras para el lago de la luna, sin embargo, las aguas no dejan de brillar.
Un atardecer es un espectáculo de colores.
Lago de la luna sabe que al ponerse el sol, los destellos aparecerán en el reflejo del cielo difuminado en el agua.
El recuerdo del Lago de la Luna me acompaña siempre. Esas agua claras, ese paisaje verde y la tranquilidad de la zona revuelven mis ojos con los más hermosos anhelos...
Anhelos como aquel que se refleja cuando la luna sale y se proyecta en las aguas de sus lágrimas...
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