Venezuela Fernández se acuesta pensando en el mañana: niños, esposo, transporte, comida, medicinas, ropa sucia, perro al médico, que falta en la alacena ¡uff! Duerme sin dormir y se despierta sin despertarse; hace todo lo planificado, con los tropiezos del día a día y así pasan su vida, como diría el poema de Becker “de lunes a viernes”.
Un día Venezuela Fernández dejo de existir, y de ella solo quedó el olvido. Por su parte, ella ni se enteró de lo que había pasado, solo que la vida pasó y no la vivió.
¿Cuántos de nosotros somos como Venezuela, siendo Venezuela ella o él? Un día, siendo muy joven me planteé esa pregunta, y desde ese momento decidí ¡VVVIIIIVVVVIIIIRRR!
Hoy con el paso de los años puedo decir que tengo: el hogar que soñé, el empleo que me agrada, un equipo de trabajo maravilloso, una economía acomodada a los cambios del siglo, unos amigos verdaderos, he viajado que es mi pasión, duermo hasta la hora que quiero sin preocupación, bailo, cocino aunque se queme, sé decir que no cuando es no, pido perdón, me ocupo de lo que me digo a mí misma y estoy consciente de las cosas que me faltan por hacer, pero no lo veo como frustración sino como preparación para lo que quiero en mi vida futura…
Te invito, piensa, plantéalo, comienza con pequeños pasos, con pequeñas metas y verás los grandes cambios que puedes dar en ti. Hoy, no tienes esa edad añorada de los 20, siento que tienes más que eso: tienes sabiduría, experiencias que quieres volver a vivir y otras que ni quieres recordar, tienes esperanzas y sueños, ¡aprovéchalas! Porque hoy estamos y mañana no, no seas más Venezuela Fernández, sé tú (aquí escribe tu nombre y apellido), vive el hoy pero con propósito y si no sabes por dónde empezar, escríbeme, las penas entre dos se llevan mejor.
Separador: @mayvileros en Discord.