Hoy Día de Muertos, cualquiera en la ciudad de México estaría realizando los preparativos de atención a los difuntos, pero a mí, el trabajo me lo impide, a pesar de ser un día no laborable, la guardia como seguridad en el parque debe cumplirse y así resguardar las propiedades, por lo tanto, sin poder presentar ninguna excusa tengo que asistir y dar mis rondas como siempre en este día lluvioso y triste. Hasta el mismo cielo nos anuncia, con su color gris, que los fantasmas están atravesando hacia nuestro mundo, algo que no tiene realmente una importancia significativa para mí.
Tomo mi linterna y el bastón de defensa para adentrarme en los edificios solitarios que francamente me dan un poco de miedo, ya que estoy consciente que soy la única persona en el lugar, fue entonces cuando escuche esa perversa voz desde un muñeco que me decía: ¿Quieres jugar conmigo?