Relato Huyendo del pasado (Basado en un sueño)

Hola! Hoy quiero publicar un sueño bastante extraño que tuve hace muchos años, y lo escribí, claro le agregué cosas como nombres, lugar... que en los sueños nunca sabemos. Y le llamé a este sueño y relato "Huyendo del pasado".

Desperté desconcertada al escuchar algo rasguñar. ¿Sera Rudy? No, mi gatito vendría a despertarme si quisiese algo. Me senté para inspeccionar mi habitación, todo estaba en su lugar. Con rapidez abrí la puerta y salí al pasillo, todo estaba oscuro, pero podía escuchar los rasguños con más fuerzas. Puede que vengan de la sala. Un gemido me hizo parar mi trayecto a las escaleras.
Oh no. Mamá está teniendo sexo. Oh Dios, quería haberme quedado en mi habitación e iba a dirigirme de vuelta cuando escuché un golpe seguido de un chillido escalofriante. Volví a acercarme en silencio al barandal y conseguí el escondite perfecto para ver.
Cuando vi lo que estaba sucediendo, deseé saber luchar o tener mi celular a mano simplemente para hacer algo para ayudar a mi madre. Mi madre, mi madre estaba siendo asesinada por varios hombres. Esta amordazada, golpeada y se veía destrozada. ¡La estaban torturando! Por un segundo ella me miró, y pareció decirme: ¡Huye!
Sentí las lágrimas quemar en mis ojos. Ellos estaban buscando algo. Me devolví a mi habitación. Con mucho cuidado, tomé mis ahorros desde debajo del colchón, agarré una mochila y en ella metí algunas mudas de ropa, las dos fotos pegadas al espejo, una navaja suiza que me regaló el tío Phil y por último el libro favorito de mamá y mío: Cumbres borrascosas.
Edición del libro
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Agarré mis zapatillas de deportes y las lancé por mi ventana. Menos mal que se trepar. Baje por las enredaderas que cubren las paredes de afuera de mi habitación. Intenté no hacer ruido porque sé que ellos vendrían por mí al terminar con mi mamá.
¿Qué hicimos? Me pregunté aterrorizada. Aterricé, recogí mis zapatillas deportivas y enseguida atravesé el patio camino al bosque que escudaba la parte de atrás de la casa. Corrí tan rápido como pude, porque mi vida dependía de ello.
Algo está mal. Sentí algo dentro de mí romperse. Mamá, las lágrimas se deslizaron por fin por mis mejillas mientras corría con todas mis fuerzas por aquel oscuro y tenebroso bosque.

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No me importaba que fuera medianoche. Si quiero seguir viviendo debo sacrificar, luchar, escuché gritos a lo lejos y supe que ellos ya sabían dado cuenta que mi madre estaba muerta y que yo había escapado.
Corrí en lo opuesto a la carretera, me dirigí al corazón del bosque a la carretera menos circulada del pueblo. Me apoyé de un árbol para retomar aliento. Cuando llegué cerca de la carretera, me senté en un tronco y tomé aire. Pronto amanecería y debía buscar un lugar seguro.
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Ojala hubiera encontrado mi celular, podría haber llamado a la policía… por lastima no lo vi en ningún lado en mi habitación.
Me levanté y seguí por la orilla de la carretera hacia Loverton, el pueblo más cercano con la esperanza de encontrar ayuda, lo que no vi venir fue el auto que me cegó con sus luces. Cerré los ojos y al abrirlos vi algunos conocidos. Los chicos malos del pueblo, se veía que todos menos el conductor, –Callum– estaban borrachos.
—Hola nena —grita Gordon desde el asiento copiloto. Este era mi boleto de salida de allí.
—Hola Gordon —dije con mi voz más coqueta y sexy. Él me lanzo una sonrisa amplia.
Me acerqué a la ventanilla de conductor.
—Hola —saluda Callum con esa sonrisa que deja a cualquier chica sin aliento –incluyéndome– sin él quererlo—. ¿Qué haces sola en estos lados? —miró mi vestimenta.
—Tuve que huir —no era una mentira.
—Debió ser muy rápido para no cambiarte esa sexy pijama, nena —grita Connor.
—Tal vez —dije con una sonrisa ladeada—. ¿Me darían un aventón? —pregunté. Me puse nerviosa al pensar que dirían que no. Esperaba que mis intentos de ser coqueta funcionaran.
Los 4 chicos se miraron los unos a los otros.
—Claro, Lola —dijo Callum. Connor salió del auto. Me quité la mochila de la espalda y entré en el auto. Quedé en el medio, el auto arrancó y Callum preguntó—: ¿A Loverton o en la parada de buses en el pueblo?
—¿Podrías parar en la gasolinera más cercana a Loverton?
—Claro. ¿Quieres cambiarte? —asentí sonrojada.
—Callum. Me gustaría que me dejaras en la parada de buses de Loverton. Quiero irme muy lejos.
Todos se quedaron callados, sabía que Gordon, Connor y Will no entenderían porque seguían ebrios pero Callum me miró por el espejo retrovisor.
—¿Pasó algo muy malo, verdad?
Asentí y miré por la ventana.
—Entre más lejos esté, más personas estarán a salvo —susurré muy bajo.
Y es cierto. Pero presentí que todo el que tuviese trato conmigo estaría condenado a muerte. Traté de conseguir respuestas a mis preguntas pero por más que pienso, no conseguí ninguna. ¿Quiénes serían esos hombres? Por mi mente pasó desde que trabajan para un político con doble vida, a un narcotraficante, algún ex–amante de mi madre pero realmente estaba confundida.
Levanté la vista y pillé a Callum mirándome por el espejo retrovisor. —¿Qué sucede, Lola? —bajé la mirada avergonzada.
—No es tu asunto —le espeté sin mirarlo—. Así que no te metas.

Sé que lo lastimé con esas palabras. —Solo me preocupo por ti, Lola.
Lo sé, realmente sé que es así pero no quiero que salga lastimado. Esta gente que me sigue, son malos, astutos y rápidos. No me dejaran de buscar, y cuando me encuentre mi vida habrá acabado.
—No lo hagas, tan solo déjame en la parada y yo seguiré mi camino —le pedí.
El auto se detiene en la estación de servicio. Pasé por encima de Connor para poderme bajar, ya que estaba dormido. Me dirigí al baño de mujeres y la cerré con seguro. Me desvestí y con agua lave mi rostro, brazos los cuales me lastimé cuando huía. Me puse unos shorts de mezclilla y una camiseta azul, recogí mi liso cabello castaño corto y me miré al espejo. Ojeras grises comienzan a mostrarse debajo de mis ojos color verde, mi rostro estaba pálido y mis labios apenas muestran el color rosado, cuando usualmente son rojos.
Lola
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Fregué mis ojos con fuerza para mantenerme alerta, ya comienzo a sentir el agotamiento.
Metí mi ropa en la mochila. Vi una ventaja arriba del lavabo y un plan se forma, intenté abrirla, pero estaba sellada, maldije a quien la sello. Abrí la puerta y salí del baño, Callum me está esperando recostado del auto. Me mira con una intensidad que me da ganas lanzarme a sus brazos como hace unos meses, me regañé mentalmente.
—Puedo seguir sola desde aquí —le solté de sopetón.
Su expresión cambia. —No. Yo te llevare a la parada de buses.
Vi un destello de dolor en sus ojos. Me odie por herirlo. —Callum…
—Te sigo amando, Lola. Sigo sin comprender porque me rompiste el corazón —su voz me muestra cuan herido esta, sus ojos marrones me suplican una explicación.
—Mi madre —comencé—. Ella me prohibió verte.
Procesa la información. —¿Porque? ¿Qué hice para no gustarle?
Sacudí la cabeza. —No es que no les gustaras, es que ella decía que no podía encariñarme con nadie porque nos iríamos en unos meses y no quería que yo saliera lastimada o lastimara a alguien —me detuve y lo miré a los ojos.
—Esa era mi decisión, Lola —bufó y me señaló con el dedo—. Rompiste mi corazón en tantos pedazos que aún no consigo unirlo.

Sus palabras me lastiman, pero me limito a asentir. —Lo siento, Cal —me di la vuelta para marcharme, pero enseguida sentí sus brazos rodearme—. Cal, déjame ir —supliqué.

—No. No, Lola. Te amo, sé que me amas, tus ojos nos pueden mentirme.

Luché contra las lágrimas. Cuando hace 6 meses llegue a la ciudad, la gente me miraba por mi aspecto, pero se alejaban al saber que era nómada y solo estaría un año en su pequeño pueblo. Conocí a Mica, quien intentó ser mi amiga, pero mi madre le gritó que no era bienvenida a nuestra casa y allí culmino nuestra amistad. Un mes. Y la más larga que he tenido.
Ir a correr en las mañanas, después de casa al instituto, y del instituto a casa. Esa era mi triste rutina y lo odiaba. Callum seguía apareciendo en los lugares que menos esperaba, siendo amable y un caballero. Su sonrisa y amabilidad, causaba en mí cosas que nadie había hecho y lo sigue haciendo, incluso se ofreció a ser mi tutor en calculo cuando no entendía nada e iba mal en clase.
Comencé a sentir algo por él, pronto me pidió una cita y acepté. A escondida de mi madre, luego otra y otra. Cuando nos dimos cuenta, estábamos saliendo y estábamos enamorados. Adore pasar mis dedos por su cabello castaño y besar su mandíbula, mirar esos hermosos ojos marrones rodeados de pestañas largas y rizadas, con el hoyuelo que aparecía en su mejilla derecha.
Dos meses. Los dos meses más maravillosos de mi vida, ahí fue cuando mi madre de entero y me obligo a alejarme del chico que comenzaba a amar y para hacerlo, tuve que decirle mentiras crueles. Rompí su corazón.
—Callum, yo… lo siento pero debo irme —miré a mi alrededor con miedo. Sentí su aliento en mi cuello.
—¿Por qué? ¿Qué hiciste, Lola? —su voz tiene un matiz acusatorio.
—He visto un asesinato —musité en voz baja.
Lo sentí tensarse. —¿Qué?
—Cal, personas peligrosas me están buscando —confesé—. Déjame ir, antes de que te hagan algo.
El miedo me inunda, tengo miedo de que por ayudarme o por haber estado cerca de mí, le hagan algo. —No puedes decidir por mí, Lola —me volteé y lo miré con dureza.
—Ojalá pudiera.
Sus labios se presionan juntos. —No me importa correr peligro, Lola. No volveré a perderte.
—Vas a comenzar la universidad, Callum. Mejor sigue tu vida, conocerás a alguna chica que valga la pena —miré el cielo—. No me hagas esto más difícil.
Bajé mi mirada, vi que se dio por vencido. —Esta bien, sube. Te llevare a la parada de buses.
Vi que sus amigos vieron desde el auto nuestra discusión. Subí sin decir nada, cuando arranca el auto, noto un hombre preguntando algo al señor de la tienda, que parece asustado. Cuando veo la ropa que el hombre usa sé que es uno de ellos, uno de los que me están buscando. Me agache en mi lugar y cruce los dedos porque no fuera vista o sin duda alguna, Callum, Connor, Gordon y Will estarán muertos.
Al llegar a Loverton, sentí que algo va mal. Agradecí que este auto tuviera los vidrios ahumados, observe con sumo cuidado cada persona en las calles y note ciertas rarezas fueras de lugar, cuando vi un hombre sentado en una banca cerca de la parada de buses, supe que ya mis buscadores habían inundado Loverton y no saldré con vida de aquí.
—Hay por todas partes —murmuré en voz alta.
Callum me miró y observó por sí mismo. —Ya veo —parece comprender lo que quiero decir—. Dejaremos a los chicos en casa de Will y te llevare a un lugar seguro.
Negué rápidamente. —Es muy peligroso —susurré en su oído, tratando de que los demás no escucharan.
Apenas llega a la casa de Will, los chicos bajan y se arrastran prácticamente a la puerta de la casa. Están tan borrachos que ni recordaran haberme visto. Callum arranca el auto. —Cal…
—Son peligrosos… lo sé.
—No, no lo sabes. Solo estas actuando sin pensar —gruñí.
Apaga el auto y se gira para verme a los ojos. —Entonces, cuéntame.
Trague saliva. —Han torturado y asesinado a mi madre —dije y luché contra el dolor que sentí al decirlo—. Escape, esos hombres no son cualquiera… seguro son mandados por alguien poderoso que nos quería fuera del cuadro y no sé por qué. Callum, no sé porque quieren acabar con mi vida —rompí a llorar—. Han asesinado a mi madre, los vi hacerlo —sollozo con fuerza—. Y no hice nada… Y todo el que tenga contacto conmigo, también será asesinado.
A través del hueco entre asientos, me abraza con fuerza. —Te protegeré. Lo prometo, Lola.
Lo único que quiero en este momento, es un lugar donde nadie pueda encontrarme y donde nadie corra peligro por mi presencia, pero no me dejarían escapar tan fácilmente.

Gracias por leer mi relato, y sé que su final es abierto, pero así sucedió mas o menos en mis sueños. Espero sus votos y comentarios, si quieren saber más, podría continuar la historia.

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