El cine es un lugar para despejar tu mente, compartir con tu familia y amigos, pasar una tarde divertida. Cada vez que íbamos al cine, estando pequeños, lo más emocionante era saber que nos comprarían de chucherías para ver la película. Algunas veces nos llevábamos algo escondido en un bolso, en la cartera de mi mamá, aunque fuera un chocolate, eran pequeñas travesuras.
Cuando íbamos al cine, era un día muy distinto, una vez allí decidíamos que películas íbamos a ver y comprábamos nuestras entradas, luego salíamos corriendo al sitio donde vendían todas las cosas que podías consumir, había mucha variedad, desde salados hasta dulces, uno como niño se emocionaba y quería compara todo.
Era un bochinche decidir que comprar, nadie se ponía de acuerdo para escoger, pero siempre terminábamos comprando unas ricas cotufas extra grandes acompañadas con un refresco o nestee, y por supuesto no podían faltar los ricos chocolates. Me acuerdo que vendían diversos tamaños de cotufas. Aquellos tiempos eran muy divertido.
Con el tiempo fueron creando combos, que si una cotufa grande con un refresco y una chuchería, combos de perros calientes, de tequeños acompañados de refrescos, café, gomitas, ya había más variedad para escoger y para así llamar la atención de las personas, y cada quien podía comprar de acuerdo a su presupuesto. Yo creo que salía mejor comprar esos combos, además comías más.
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A pesar de la gran variedad de chucherías que vendían en el cine, yo no cambio mis ricas cotufas con un vaso de neste, es lo máximo y lo más importante era disfrutar de la película, del momento, compartir en familia y comiendo algo rico.
