Se ha hablado mucho, de varias maneras y con diferentes enfoques sobre el efecto mariposa y la teoría del caos, con múltiples ejemplos diferentes de distintos ámbitos, que, básicamente y pasado por el filtro de mi modesta interpretación, expresan como:
un pequeño evento, suceso o acción pudiera generar una reacción de sucesos y transformaciones en cadena los que, en cada transición hacia el siguiente, pueden ir ganando en magnitud y a la vez generar otras reacciones en cadena derivadas de la reacción principal, que al llegar al final, si lo hubiera, el suceso o sucesos resultantes podrían ser de un magnitudes impensables en cualquiera de los ámbitos que se desarrollen y que no tienen para nada que estar vinculados o relacionados con el suceso inicial que desencadenó el proceso.
Por otra parte, está el Karma, sobre al cuál giran montones de opiniones y que, de alguna manera, también de acuerdo a mi modesta interpretación, se muestra como que:
cada acción de un sujeto en correspondencia con su naturaleza (la de la acción), retorna al sujeto en igual o mayor magnitud que la suya inicial, como premio o castigo por su manera de accionar. (Creo que aquí me he enredado un poco y los he enredado a ustedes). En esencia, que, si haces mal, el mal eventualmente retorna a ti de igual manera o peor para hacerte pagar por tu maldad y, si haces bien, pues igual, pero lo que recibes en retorno es bueno.
Lo que si está claro es que cada acción tiene una reacción, que además no es difícil saber cuando se hace bien, desde el cariño, o la bondad, el respeto, la consideración o el deseo de ayudar a otra persona o ser viviente, como tampoco lo es saber que ciertas cosas que hacemos mal voluntaria y negligentemente, por muy simples e inocuas que puedan parecer desde un enfoque superficial, pueden causar daños a terceros o daños a la naturaleza de forma general y pueden desencadenar fenómenos desagradables y dañinos para el resto y para nosotros mismos.
Hace poco mi esposa me dio a leer este pequeño cuento que estaba valorando para usar en su trabajo y quería saber mi opinión como público sobre el mismo, además de saber si me gustaba, es un cuento escrito por Jorge Fernández Era, periodista, escritor y humorista cubano. Es un cuento corto, pero objetivo y profundo a mi modo de ver. Un cuento que lleva consigo una crítica y a la vez una reflexión sobre lo que puede generar una de estas acciones a las que antes me refería en este post. Hace rato que mi esposa y sus compañeros (porque según ellos ven algún potencial en mi para poder hacerlo) me sugerían que me aprendiera un cuento y lo contara, más o menos, con el estilo que ellos usan para hacerlo, y que entonces me darían su opinión y quizás, podría en algún momento hacer algo junto a ellos en uno de sus espacios. Al leer este cuento lo elegí automáticamente, porque conecté enseguida con su mensaje y me gustó, es por eso que hoy lo quiero compartir con ustedes.
A la hora de contarlo no lo hago de manera literal, cambié algunas palabras sin cambiar el contenido esencial para sentirme más cómodo. Aquí les dejó el cuento original. Espero les guste.
Nuestro personaje vive en un apartamento del último piso. Merienda un caramelo y arroja al vacío la envoltura tras convertirla en una diminuta esfera. La pelotita cae justo sobre el ojo del conductor de un auto que desvía el rumbo, roza un muro y se araña. El tipo llega malhumorado al hospital a cumplir su faena como cirujano, pica donde no debe a un paciente y lo manda a terapia intensiva. La madre del enfermo se ataca de los nervios y prende candela al almacén del centro hospitalario. Al almacenero se le imputa negligencia, pierde el trabajo, llega a casa y, para descargar su rabia, la emprende a golpes con su inocente mujer, hija de un representante en la ONU. Éste recibe el fax con la noticia minutos antes de arengar contra un país vecino por asuntos de disputas territoriales. En el plenario se exalta y lanza tres palabrotas a la delegación oponente. La nación ofendida, en voz de su presidente, jura vengar la afrenta y declara la guerra de inmediato. El primer cohete impacta en la azotea del edificio donde reside adivinen quién.
Much have been said, in various ways and with different approaches, about the butterfly effect and chaos theory, with multiple different examples from different areas, which, basically and through the filter of my modest interpretation, express how:
A small event or action could generate a chain reaction of other events and transformations which, in each transition to the next, can gain in magnitude and at the same time generate other chain reactions derived from the main reaction, which when reaching the end, if there is one, the resulting event or events could have an unthinkable magnitude in any of the areas that develop and without nothing to do with being linked or related to the initial event that triggered the process.
On the other hand, there is Karma, about which a lot of opinions revolve and which, somehow, also according to my modest interpretation, is shown as:
Each action of a subject in according to its nature, returns to the subject in equal or greater magnitude than its initial one, as a reward or punishment for its way of acting. (I think I have gotten a little confused here and I might have confused you). In essence, if you do evil, evil eventually returns to you in the same way or worse to make you pay for your actions and, if you do good, well, but what you receive in return is good.
What is clear is that each action has a reaction, and it is also not difficult to know when it is done well, from affection, or kindness, respect, consideration or the desire to help another person or living being, such as nor is it knowing that certain things we do voluntarily and negligently wrong, no matter how simple and innocuous they may seem from a superficial approach, can cause harm to third parties or damage to nature in general and can trigger unpleasant and harmful phenomena for others. and for ourselves.
Recently my wife gave me to read this little story that she was considering to use in her work and she wanted to know my opinion as an audience about it, in addition to knowing if I liked it, it is a story written by Jorge Fernández Era, journalist, writer and Cuban comedian. It is a short story, but objective and profound in my view. A story that carries with it a criticism and at the same time a reflection on what one of these actions that I referred to earlier in this post can generate. For some time now my wife and her colleagues (cause according to them, they see some potential in me to be able to do it) suggested that I should learn a story and tell it, more or less, using the style they use to do it, and then they would give me their opinion and perhaps at some point I could do something with them in one of their spaces. When reading this story, I chose it right away, since I connected with her message in the blink of an eye and I liked it, that is why today I want to share it with you.
When it comes to telling it, I don't do it literally, I changed some words without changing the es
Our character lives in a top-floor apartment. He snacks on a candy and throws the wrapper into the void after turning it into a tiny sphere. The ball fell down right on the eye of the driver of a car who deviates, brushes against a wall and gets scratched. The guy arrives at the hospital in a bad mood to do his job as a surgeon, stings a patient where he shouldn't and that sends him to intensive care immediately. The patient's mother gets a nervous attack and lights the hospital warehouse on fire. The grocer is accused of negligence and he loses his job, he went home and, to vent her anger, he beated badly his innocent wife, the daughter of a representative at the UN. The man received the fax with the news some minutes before haranguing a neighboring country over territorial disputes. In the plenary session he gets excited and throws three expletives at the opposing delegation. The offended nation, in the voice of its president, swears to avenge the affront and immediately declares war. The first rocket hits the roof of the building where guess who is living.
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