Hola a tod@s mis Hivers

Me parece muy insólito
en cada lugar recóndito,
la vida incomprensible del humano
clama la soledad en la mano,
con plenas inquietudes
y todas las similitudes,
de un ser cualquiera
en busca de su lumbrera,
cayendo en retraimientos
por todos sus enamoramientos.

Que cosas las mías
todavía en afonías,
se me avivan los sentidos
codiciado y reprimidos,
con el florecimiento de la primavera
y las hermosas flores en la ladera,
sin tener todo lo que tenía
fueron placenteros ese día,
llenándome de regocijos
con todos sus acertijos.

Eran aquellos años
llena de muchos sueños,
enfilando de repente
me engaño mi mente,
mostrándome el presente
de mi rostro frágil ardiente,
con mis días ausentes
y los años inclementes,
me dejaron las rosas más hermosas
con mis arrugas fachendosas.

Con el menosprecio de la vida
no se detuvo el tiempo de la sufrida,
la tristeza la embargaba
de aquel rostro que miraba,
ya estaba rígido y frio
pensé que no era el mío,
el que se retrataba
cuando la noche acababa,
sin ternura en su piel
con olores a miel.

Aquel día que me descubrí
por lo que me acaeció a mí,
le pasa a numerosas gente
que se miran de repente,
y sufren de engaño de frente
con el espejo en su mente,
inquietan sin acabar
con pesadillas a todo dar,
por dejarse llevar
en sus placenteros amar.

La desalmada insensible
en la vida apacible,
no tienen alma decente
con su amor impaciente,
que la hace apenar
con su delicado faenar,
llena de culpas no mas
estrecha sus palmas,
cayendo en condena
con la luna amena.

Con el céfiro frío
llena de escalofrío,
engañosa mis puertas
se quedaron abiertas,
con mi alma gentil
a la espera de mi varonil,
azotándome inmensamente
esa noche inclemente,
me traiciona vilmente
con mi amor ausente.

El sol se ha dispuesto
con su condición me ha puesto,
en la triste desolación
perdiendo la emoción,
cuando llega el otoño
casi sin retoño,
ya no se en quien creer
en pleno amanecer,
me alienta los deseos de la alborada
en mis tiempos de enamorada.

Es difícil controlar el tiempo, por eso debemos apreciar cada momento que el nos regala, en el viaje único que tenemos en nuestra preciada vida.

Hasta otro encuentro. Gracias por haber pasado por mi colmena. Espero seguir deleitándolos con mi miel exquisita.

Foto tomada por mí hijo César, editada con el editor Paint con la ayuda de mi hijo Abrahán.