Hoy te extraño más que nunca...

Te fuiste de mi vida, en aquel momento dónde esperaba que podías seguir volando, respirando las bondades de Dios, recibiendo ese rayito de luz que alimentaba tu alma, tu espíritu y todo tu ser, pero se me olvidaba aquella terrible enfermedad que te iba carcomiendo desde hace un buen tiempo, quizás años, siglos, solo Dios lo sabrá...

Mi angustiado corazón está en delirio por tu partida, te extraña más que nunca, se siente dolido, angustiado y sin sabor, no es fácil no tenerte, no es fácil ya no verte, ni sentirte entre nosotros...

Pero, sé, que tuviste que partir, era la voluntad de Dios, ya tu existencia en este plano terrenal ya la habías cumplido, Dios te necesitaba allá en su reino...

Tranquilo mi gran Guerrero, se que batallaste con Valentía, con ganas, pusiste todo de tu parte, aún cuando el dolor te carcomía, te penetraba como una lanza en el costal, fuiste muy valiente, muy dado, muy fuerte para soportar todo aquello y más aún, tener siempre esa Gran Sonrisa, para decirnos que todo estaba bien, cuando sabíamos que te dolía hasta los tuétanos...

No te preocupes mi amor, no te preocupes por nosotros, te confieso que hasta ahora mi dolor no ha cesado desde tu partida, quizás me sentí confundida, perdida y en el limbo por tu ausencia, quizás mi Mundo se volvió tan minúsculo, tan pequeño, demasiado ahogada me sentía entre la multitud, que con tanta gente a mi alrededor la soledad golpeaba más mis puertas...

Quería aislarme de todos, no quería su lástima, ni contemplación, quería llorarte en silencio, a solas, tener una conexión contigo, esas que dicen después de la vida y la muerte, hay algo más allá al final del túnel...

Pues sencillamente, quería verte por última vez, quería abrazarte tan fuerte y no soltarte, porque te necesitaba, te quería entre nosotros, no aceptaba tu partida, no podía entender, aún cuando era inevitable por tu terrible enfermedad, tenía esperanza mágica de que podías vivir por muchos años más...

No te preocupes ya mi viejo, al fin pude salir de esta fosa, de este laberinto dónde me había sumergido desde tu partida, ya casi 6 meses de aquel golpe, de aquel terrible sueño, ya no tenía vida, me sentía hundida, en esa oscura luz me encontraba...

Dios en su infinita misericordia de Poder, Bondad y Amor me empezó a dibujar arcoiris de flores, me pinto mi Mundo de colores y sabores, para salir de esa tormenta, que ya mi calma era un huracán detonante, estaba llegando a un punto de abandonarme por completo...

Es por ello que empecé a buscar, a revolver dentro de mi ser, a buscar mi esencia, esa que había perdido, a buscar lo fuerte que era, esa fortaleza que muestro en mis momentos de debilidad, de dolor, de quebranto, de derrota, esa Male Fuerte, que a pesar de los obstáculos, siempre está en la vanguardia, dispuesta siempre a salir adelante bajo la bendición de Dios...

Y de pronto todo se me mezcló como un todo y nada, que de pronto fuí invadida con la más absoluta calma, para empezar a curar mis heridas, cerrar ese ciclo inesperado, para continuar los caminos, seguir los senderos y la voluntad de Dios por encima de todas las cosas, Él, siempre tiene un propósito para todo en nuestras vidas, no me cabe la menor duda...

Pero, siempre me digo, aún cuando me pierda por un buen tiempo, que los tiempos de Dios son perfectos, que todo pasa porque debe pasar, ni antes ni después, solo en el justo momento...

Y fue después de aquel golpe del rayo de luz, que penetro mis cimientos, hizo vibrar mi subconsciente, para reflexionar, para meditar, para entender y aceptar que debo dejarte descansar en Paz, que estás en un lugar mejor, debo dejarte ir, recordarte bonito, siempre mantener esos recuerdos vivos, hablarle siempre a mis hijas de ti, aunque con todos tus defectos y como eras con tus cosas, tu carácter y manera de ser, fuiste excelente Padre, amigo y compañero de vida, nos diste todo en vida y diste todo por tu familia y amigos...

Agradecida de Dios por haberte escogido como mi Padre, quizás con mil defectos, Sí, somos humanos, pero con un gran corazón muy humilde, bondadoso, tierno y amoroso, siempre tan servicial hasta el final de tus días...

Te Amamos desde aquí, desde este planeta te envíamos muchos abrazos, besos y nuestro gran inmenso amor, recíbelo allá donde estás, al lado de Dios, en ese Paraíso dónde tú dolor se convirtió en alegría...

Sigue volando alto Papá, desde aquí sigo esperando el día de nuestro próximo encuentro...