Esas rosas que pierden su color y que, aún así, siguen siendo preciosas. Rosas que siempre gustan y que suelen ser motivo de felicidad por lo que llevan detrás. Flor asociada al cariño, al agradecimiento, a la celebración y que eclipsan a otras tantas flores que nunca llegarán a desbancarlas como la flor más elegida para regalar.