RIÑA DE GALLOS
Circo de Roma trasladado al llano,
pequeño redondel, mas no por esa
pequeñez, es menor en su fiereza
que la de otrora el gladiador romano.
Las espuelas (espada en cada mano)
blanden el aire con mortal presteza,
la cresta que corona su cabeza
es llamarada que le da Vulcano.
Grifo el plumaje de encendidos rayos
abanican la sangre ya vertida
en odio proverbial, el par de gallos.
Crueldad y sinrazón toman por nombre
mostrando en su desprecio por la vida
su enorme semejanza con el hombre.
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Texto e imagen de Tomás Jurado Zabala
Gracias por sus amables lecturas