Fuente
A veces, siento un silencio pleno y adentro hay palabras: sonidos que brotan de lo profundo del ser.
A veces creo que el silencio llora incertidumbres que duelen.
Yo conozco a la perfección esa desgracia: un cuerpo que agoniza: derruido.
Soy experto para detectar ese padecer.
Además, experto para repetir la voz de todos:
“Soy feliz”; aunque mienta.
Hay una verdad que desde afuera me hunde (nos hunde) junto a mi caída todo es inevitable: no soy ninguna salvación del mundo.
Soy un hombre precario; diminuto.
Es como si mi risa llegara siempre tarde y llorara después el beso que abandonó mi amante en mis labios:
Como si la fotografía y el video de nuestro beso fue postergado hacia un color oscuro:
Y el silencio que debiera ser mi paz, no me da sosiego.
Yo que aspiraba la felicidad total de la oscuridad y de los negro.
No ha llegado esa plenitud maravillosa.
Y no puedo alcanzar el misterio de la belleza plena: aunque puedo tocar la existencia: tuya y mía en la calle y en la ducha donde canta el silencio: hay palabras, hay un llanto. Y a veces, siento que soy otro muy adentro del silencio.