REFLEXIÓN DIALOGADA - REPOSO

° • ¡ωєℓ¢σмє! • °

wave-2089959.jpg
FUENTE
20210404_011501.png

SOBRE EL ÚLTIMO SUSPIRO

Desde niños nos inculcan el miedo a la muerte. Parecieran que morir es un estigma del hombre. Y es que solo nosotros somos conscientes de la vejez y su decadencia, del paso arrollador del tiempo sobre la piel y nuestros afectos. Injusta o no, la muerte sobrevendrá algún día, estemos listos o hayamos dejado algunos pendientes. Aunque gritamos, aunque no queramos y nos aferramos con vehemencia a nuestra última bocanada de aire. Es preciso lidiar con esa única certeza en la vida, porque todo, hasta el tiempo, tarde o temprano ha de regresar al vacío.

1617481147101.png

REPOSO

De un tiempo para acá pienso mucho en la muerte.
Supongo que eso se vuelve algo natural con los años.

Sí, es natural. De repente tomamos consciencia del tiempo,
de la fugacidad de la vida y de su inevitable culminación.

¡Qué incertidumbre! ¿Tú no sientes miedo al respecto?

Antes sí. Pero entendí que la muerte no es enemiga de la vida.
Al contrario, gracias a ella la vida depura sus formas.
Morir es un proceso natural y también necesario.
Con cada muerte la vida se vuelve más perfecta y sutil.

Si te hablo con franqueza, entender eso no me apacigua.
Sé que, irremediablemente, debamos despedirnos de este mundo,
pero, ya que la muerte no tiene escapatoria, entonces,
¿existirá algún método para aniquilar el miedo indescriptible?

Por supuesto que lo hay. La reflexión es la única cosa efectiva.
Cuando comprendes, trasciendes.
Si utiliza la inducción hallarás un respuesta satisfactoria.

Explícate, por favor…

Es muy sencillo. Algo que es innegable en esta vida
es la dicotomía de los opuestos. Cada cosa tiene su contraparte.
Si la vida es agitación, un breve sueño plagado de imágenes,
entonces la muerte es quietud, un eterno sueño sin sueños.
En vida, la consciencia recibirá toda clase de impulsos,
de conmociones violentas o apacibles. Lloramos, reímos,
creamos y destruimos,
y en esta secuencia creamos las condiciones para que el proceso continúe.
Entonces, por lógica, al morir somos conciencia pura, sin identidad,
un silencioso y desmesurado observarse a sí mismo.

¿Y cómo estás tan seguro de eso? ¿Tienes alguna prueba?

Sí la tengo. Nunca hablo por hablar. Solo los necios lo hacen.

No me digas que ya has muerto antes.
Eso sería hablar de rencarnación, de especulaciones metafísicas.

Nada de eso. Llegué a esta conclusión con una simple pregunta.

¿Y cuál es ese pregunta? ¡Me intriga! ¡Me interesa!

¿Recuerdas algo acerca de ti mientras no habías nacido?
Mucho antes de estar en el vientre de tu madre,
de ser una célula aun sin complemento,
o de ser algo siquiera?

No, la verdad es que no. Lo único que imagino es un silencio.

¡Ahí está la respuesta! Somos como las olas del mar.
En manos de los vientos de la vida somos un revelo de sal y espuma;
después y antes de eso, profundidad, silencio.
Pero ahora no me vayas a preguntar el porqué de la marea:
todavía no me siento a elucubrar al respecto.

1617481147101.png

Espero les hay gustado este material, el cual forma parte de una especie de poemario que estoy construyendo y que se llama Acto único. Este trabajo consta de una serie de reflexiones dialogadas y en todo poético do se teatro distintos temas de la vida comunidad. Cualquier critica, comentario u opinión, pueden dejarla en la casilla de comentarios. Leerlos me motiva a seguir construyendo. ¡Una abrazo! ¡Nos vemos pronto!

1617481147101.png

MIS REDES SOCIALES
siguenos en facebook sígueme en Instagram siguenos en Twitter
20210404_011501.png

20210417_152005.gif

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
4 Comments
Ecency