Ella tenía nombre de canción
Como a muchos hijos, sus padres los abandonaron y como ella era la hermana mayor, asumió la crianza de sus hermanos. Muchos pasaban por la bodega hablando mal de ella y yo les hacía saber que más bien era digna de admiración porque quién, con tan pocos años, sale a la calle a ganarse la vida y cuidar de otros. Con aquel argumento callaba a más de uno, aunque vinieran al día siguiente con el mismo tema.
Las pocas veces que ella fue a la bodega, casi siempre mandaba a sus hermanitos, estaba ojerosa, pálida y se veía con más edad de la que tenía. Una de esas veces fue que le pregunté su nombre que ahora no recuerdo, y ella me contestó extrañada, como si nunca nadie se lo hubiese preguntado, como si ella jamás lo hubiese pronunciado.
Una mañana supe que la muchacha tenía semanas que no volvía a su casa y que seguramente también había abandonado a sus hermanos, dijeron algunas almas que no le perdonaban que ella fuera buena. Su ausencia me preocupó y les pedí a algunos clientes que me avisaran si sabían de ella. Una tarde, trajeron un periódico donde estaba su rostro y reseñaban su muerte. La noticia decía que era una desconocida, que no tenía identificación. Recuerdo que la vi y dije para mis adentros: Claro que ella tiene un nombre, es un nombre bonito, como el de una canción.