Fuente
Que delicia sentir tu aliento fresco cerca de mi rostro, tu olor a tabaco y vino me seducen completamente.
El juego de nuestras lenguas ha provocado ardores en la piel como un preámbulo a la entrega de los cuerpos.
Tus manos deslizándose por mí cintura bajando cada vez más hasta sentir la humedad que traspasa mi ropa interior, no puedo mas, sabes que estoy lista para sentirte, ardo en deseos de comer tu piel
Me muerdes el cuello y lanzo un leve gemido, te digo tu nombre al oído, me tomas de las caderas abriendo mis piernas, te incrustas en medio masajeando mis senos, acercándome cada vez más tu firmeza.
Nos dejamos llevar por esa lujuria de cada una de las fantasías que me contabas, de lo que me harías teniéndome de frente. Pero la imaginación se queda corta, lo que sucede en esa habitación va más allá de las expectativas, me gustas tanto, por fin puedo morderte, arañarte, besarte, explorar cada parte de ti.
Nos convertimos en una deliciosa consagración imparable , tomas de mí lo que quieres, disfrutas verme sometida tan frágil ante tus manos temblando y esas ansias de lamer cada parte de tu cuerpo calmando mi sed de ti.
Eres mi deseo insaciable, una pasión prohibida y desesperada por morir en el acto de entregarme a tus deseos y resucitar en orgasmos contenidos, que sucumben ante la entrega de nuestros cuerpos.