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Aparecimos... Después de los espejos pasearon las lunas. y aparecimos incompletos como somos, a no decirnos nada, porque nada teníamos y sin embargo nos regalamos las sonrisas.
Aparecimos como locos ajenos al estallido de las voces que pedían a gritos alguna que otra palabra, que nos dejara acercarnos a un trozo de otra vida, cubierta de mañanas. Aparecimos de noche, en las constelaciones de los carros, para no obviar los pasos, de todas las ausencias, de abrazos no olvidados y fuimos hasta el último recodo que aún nos quedaba apretujado en el alma a decirnos "te quiero, y sigo estando aquí, al lado de tu boca, de tus manos, de tu febril aliento..."
Aparecimos un día, en ese absurdo regreso, donde un "nada" es todo lo que necesitábamos y luego regresamos, al mundo cotidiano, a seguir con rutinas y días incompletos, porque nos faltan voces de sueños compartidos, de palabras unidas, de caminar erguidos palpitando al unísono.
Aparecimos... pero no nos quedamos porque tras los espejos, si no existe el azogue, no hay reflejos.