Y si Dios me da cien años de vida, cien años de vida prometo amarte.
Y si me da todas las fuerzas del mundo, con todas ellas, prometo cuidarte.
Le pido a Dios que siempre puedas estar conmigo, que siempre te pueda cuidar, para amarte y protegerte y si es posible, toda la eternidad.
Tener tus manos junto a las mías será mi mayor galardón, que estés siempre a mi lado, hará que se mantenga viva mi ilusión, la que me inspira muchas veces, para escribirte con amor.
Mis hombros serán el apoyo en el día de la angustia, cuidarán mis manos con ternura todo tu ser, que te sientas querida y amada, será mi verdadero placer.
Estará regocijada mi vida entera cuando estés a mi lado, serás mi sol y mi luna, la dueña de todos mis te amo.
Ismael D. Rodríguez
