Azules coincidencias - Relato

Miriam, miró una minúscula mariposa azul chocar contra su ventana. La vio por casualidad y apenas por un instante. Hasta ahora solo había visto mariposas de ese color en fotos y dibujos, pero no en vivo y directo. Sonrió sin saber exactamente por qué y siguió con sus tareas.

A las 5 de la tarde caminaba rumbo a casa desde la oficina, afuera de una floristería había unas preciosas flores azules en pequeños y delicados arreglos que incluían margaritas (las margaritas, las rosas y los girasoles eran las únicas flores que conocía, las demás eran flores blancas, azules o violetas, no sabía nada de aquellos temas) tenían un letrero de oferta y sintió unos deseos enormes de llevarlas a casa. Volvió a pensar en aquella minúscula mariposa, se preguntó si había sido tan azul como aquellas flores. Compró dos arreglos de aquellas flores y siguió a casa sonriente.

Los zapatos abandonaron sus pies cansados en la entrada, su bolso quedó tirado en la primera silla cercana y caminó descalza en busca de algo para poner las flores. Nunca compraba flores y no disponía de floreros. Sacó una jarra de la nevera y la llenó con flores, la puso sobre la mesa y sonrió al mirarlas. Pensó que había sido un día extraño, que había estado extrañamente feliz sin ningún motivo, quizá fuera el presagio de que todo iba a estar bien y sintió mucha paz.

Cuando su esposo llegó a casa Miriam tenía la cena lista y estaba sentada en el sofá dibujando. Él le dió un beso y se acercó a mirar las flores. Sus ojos se llenaron de lágrimas. "Son las flores favoritas de mi madre" le dijo. Ella no lo sabía, la madre de Horacio había muerto mucho, muchísimo antes de que ellos se conocieran. Caminó hacia él y lo abrazó. "Hortensias, azules... Las sembraba en nuestro jardín cuando yo era niño." Hablaba con lágrimas en los ojos, pero había una nostálgica sonrisa en sus labios. Se giró hacia la estantería y sacó un libro, dentro había una foto de una mujer rubia que sostenía a un pequeño gordito, ella ya había visto antes la foto, pero esta vez reparó en el tatuaje de una mariposa azul que llevaba aquella mujer sobre su hombro izquierdo. Su pensamiento voló a la mariposa azul de la mañana "¿Cómo lo has sabido? Jamás te dije que hoy era su cumpleaños" dijo Horacio, ya sonriente. Entonces sintió que las casualidades habían sido demasiadas para ser solo coincidencias. Su suegra la había visitado ese día y quizá ella no sabía que era su cumpleaños, pero ahora jamás lo olvidaría.

Fotografías de mi propiedad, tomadas con teléfono redmi 9a y editadas en Snapseed.

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