Fuente
Sentí disolverse mi bella carne
que mi alma poco a poco se iba
saliendo de mis huesos blancos
dejando a mi carne deshecha.
Fluía de mis poros la existencia
solo quedaba de mí el recuerdo
que fui alguna vez mariposa
que volaba para besar las rosas.
Así nos vamos un día, dejando todo,
fortificando la arena para las flores,
sombras de olvidos, el amor roto,
fantasmas que danzan en la noche.
Cuerpo que la tierra traga y devora,
con el tiempo y plegarias olvidadas,
seremos, tan solo cenizas oscuras
que el alma, dejó en la fosa fría...