Crear nuevos mundos | Contenido Original

Los amplios ventanales abren la mirada a una ciudad majestuosa y serena. El gran cerro al fondo enmarca el espacio saturado de verdes, ocres y azules. Es el paisaje que desde las alturas sirve de acompañamiento al destacado hombre de negocios.

Una vista envidiable que se disfruta plenamente en el  lujoso ambiente de la extensa oficina, donde cada detalle de la decoración minimalista es una muestra de buen gusto y refinamiento.


Fuente

Un pequeño objeto desentona en el  exquisito decorado. No hay nada en él que sintonice con la modernidad del ambiente, más bien parece un sobreviviente de épocas pasadas. Por su ubicación en el lustroso escritorio parece puesto a posta, con la única intención de llamar la atención. Es inevitable no reparar en su presencia, está allí para despertar curiosidad.

Toda persona que visita la oficina sufre el mismo proceso, al sentarse dirige la mirada con disimulo hacia la pequeña pieza… ¿decorativa…? Nuestro hombre de negocios sonríe burlonamente, con discreción,  pero sin ocultar el efecto de la travesura. A veces, cuando está de ánimo,  se decide a matar la curiosidad del visitante y le explica por qué entre tanto lujo ese pequeño, desvencijado  y viejo libro infantil, ocupa el sitial de honor de su escritorio…


Fuente

"Este pequeño libro… mi estimado amigo — dice con pausada, segura y clara voz, a sus extrañados interlocutores — es un ancla. Sí, como lo oyó... Un claro recordatorio de mis orígenes, un pequeño truco que me ha servido todos estos años para mantener los pies en la tierra. Toda la vida no he sido el exitoso productor audiovisual con el que usted está a punto de cerrar un jugoso contrato. Mis orígenes están en otra parte. Aquí, donde usted me ve, soy un sencillo hombre de campo, que tuvo la fortuna de ascender en la escala social. Sin ese pequeño libro que usted ve allí nunca lo habría logrado… "

El ritual se repite una y otra vez, ante la vista de los incrédulos clientes, la mayoría: gente del mundo del espectáculo, entre sorbos de café se va develando la historia.


Fuente

"Mi infancia transcurrió en una escarpada montaña perdida en la inmensidad del campo. Mi padre y todos los anteriores a él solo conocieron ese mundo, el de obtener el fruto de la tierra con sus manos. Mis probabilidades eran seguir el mismo destino, pero un pequeño golpe del azar, venido a lomos de mula, cambió el rumbo de las cosas…

Estaba el sol en lo más alto cuando una algarabía suspendió la faena, por el camino se divisaba un hombre montado a mula, con un inmenso maletín. Rápidamente reunió a los mayores y les comunicó que era un maestro enviado por el gobierno. Vendría tres días a la semana con la finalidad de enseñar a leer a los niños. Al principio lo miraron con recelo, pero era tan bueno el talante de aquel ser, que todos convinieron solícitos a reunir a los niños entre los que me encontraba…


Fuente

A los pocos meses yo leía con bastante soltura. Las primeras lecciones las dejaba el maestro en unas hojas mecanografiadas, una distinta para cada niño. Aquellas hojas llegué a repetirlas de memoria, mi entusiasmo por la lectura no paraba de crecer. Para estimular nuestro ánimo el maestro había ofrecido regalar un libro al primero que pudiera leer una página de corrido sin trancarse. Me lo propuse y lo logré. Ese es el libro que ocupa el lugar de honor en mi escritorio, el que me abrió las puertas a esta carrera de fabulador con la que he logrado conquistar, a fuerza de originales guiones,  esta industria del cine y la televisión.

Aquel libro disparó mi  imaginación, soñaba con los personajes, inventaba y reinventaba las historias, muchas de ellas las escribía donde pudiera y se las leía al maestro. Aquel hombre viendo mi entusiasmo convenció a  mi padre para que me internara en un centro de estudios de la ciudad. Mi familia  no tendría que pagar nada, me garantizaban beca completa. Mi padre me miró, leyó el ruego en mis ojos y cedió. Nunca se arrepintió de haberme dado el permiso para conocer otra nueva vida.  Así fue como rompí aquella larga tradición familiar. En varias generaciones era el primero que lograría avanzar por el camino de la educación.


Fuente

Lo demás… como solemos decir… es historia… En aquel centro de estudios logré terminar el bachillerato. Con la ayuda de los mismos mentores me matriculé en la Universidad, allí estudié cine. Durante toda la carrera me hice famoso por mis cortos que combinaban historias intimistas donde siempre estaba presente el mundo del campo, el que había conocido en mi infancia.

Ahora comprenderá usted, mí estimado… por qué este amarillento libro, a punto de deshilacharse, sigue allí, como un imán dispuesto a atraer toda la atención del que me visita, para tener la excusa de remover la memoria y no olvidar en realidad quién soy…"


Fuente

Esta breve narración ficticia es un pequeño homenaje a la importancia que tiene el libro en nuestras vidas y con motivo de celebrarse el 23 de abril de cada año el día del libro y del derecho de autor.


Escrito por: @irvinc

Edición e imágenes: @fermionico


Pie de página Cervantes.png
H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
19 Comments
Ecency