En enero, no hay trabajo jardinero.
Así reza un refrán popular aludiendo al primer mes del año el cual suele ser de poco sol, frío, con la temperatura más baja en relación a otros meses. En este mes se recomienda sembrar nuevas plantas porque el mismo clima actúa a favor de la naturaleza.
Mientras acomodaba mis plantas aproveché de darle cariño a la mata de romero. Está muy seca, ya ha perdido sus espinas verdes que tanto sabor dan a mos comidas.
Aunque en enero no hay trabajo jardinero me tocó, mucho más trabajo me dieron los insectos que en esta época del año me han traído de cabeza ¡Buena cantidad de chinche hediondo!
No todos los chinches poseen las mismas características, unos son más hediondo que otros. En cuanto a su morfología también varían en cuanto a formas y colores.
En cuanto al color y diseño de alas y caparazón me llama la atención en algunos, los dibujos que presentan, me recuerdan mucho la cultura maya y azteca. La naturaleza es asombrosa. También me hace recordar los jeroglíficos de épocas primitivas, tribus y esos diseños colocados en los rostros.
Enero me ha traído a estos animalitos, ellos no son bienvenidos por razones obvias, propagan enfermedades en las plantas por lo que resultaría todo un desastre en los huertos.
Todos los chinches posee el mismo mecanismo de defensa, expulsan un olor repugnante, no sé si este mismo olor daña las plantas pero,pudiese decir que sí por lo fuerte del olor.
Los chinches verdes son más pequeños en comparación con el chinche pata de hoja pero éste último es más ágil que el primero. Huyen más rápido, quizá sus enormes patas ayuden con sus rápidos movimientos.
Otro pequeño insecto inseparable es esta oruga que hizo popo justo cuando la quitaba de la planta de orégano. Esta oruga de apenas 0,50cm hace vida en las plantas con olores fuertes así como el orégano o el toronjil. Aunque suele ser muy pequeña, no deja de comer en ningún momento.
Mientras más trabajaba en el jardín más detalles me sorprendían de cada uno de los insectos. Se multiplican rápido y se esconden en cualquier rincón además su carácter mimético también se los permite. Fácil se camuflan entre tallo, raíz, flor o fruto.