Hola, últimamente he estado profundamente afectada con todo lo que está pasando... Normalmente intento sobrellevarlo lo mejor que puedo, pero últimamente estoy muy acongojada. Aquí les comparto un poco de lo que he podido escribir esta semana...
Rostros. Rostros que de repente ya no están, rostros que desaparecen si avisar... Es como si el deceso fuera un laberinto sin coordenadas. Te toca despertar y afrontar una despedida donde sólo tú participas, una despedida retrospectiva y sin contacto, sin un abrazo, sin un beso.
La calle ya no es segura, una soledad intranquila domina las esquinas... Es la boca del lobo. Un día, sin avisar, tu destino tiene pocos minutos en su cuenta regresiva... La esperanza se acaba y y las semanas corren y a la vez se alargan...
Los cuerpos se arrojan como basura, ya no tienen nombre. Son números. Gente espantada corriendo entre clínicas y farmacias, con la voz temblorosa y el corazón agitado... Buscando un milagro, una luz entre tanta oscuridad.
Un silencio abrumador, una familia destruida. Una mujer a la que le arrebataron la vida, otra que huyó de un destino aterrador. Gente que le reza a un santo sin saber si este los escuchará... Alguien con miedo de llegar a su casa sin nada qué comer.
Personas intentando levantar un país con nada más que la voluntad de trabajar, enfrentándose a un campo de guerra, lleno de incertidumbre... Rostros cansados, ropas sucias, miradas aterrorizadas...
Así está mi Caracas,la de los techos grises, la de las calles solitarias, la de los asesinos, la de los enfermos... Cómo me duele...
Editada por mi en Canva