Ya les he contado más o menos cómo paso los pocos días en La Habana que cada viaje me dedico, antes de regresar a este valle de lágrimas.
El resto de mis vacaciones, eso es casi todo, vivo en Las Tunas.
Una ciudad poco considerada por gran parte del turismo italiano (especialmente los menores de edad de la fecha) mientras que canadienses, alemanes e israelíes la han convertido en uno de sus destinos favoritos.
Estuve allí por casualidad, invité a un amigo italiano a visitarlo, se llamaba Raffaele, era residente, lamentablemente perdió la vida hace un par de años a raíz de un asesinato que nunca se esclareció en Tunas.
A lo largo de los años he pasado vacaciones en Cienfuegos, Santiago, La Habana, visto tantos lugares pero al final siempre vuelvo a donde todo empezó en diciembre del 2000, el balcón del oriente cubano.
El discurso es antiguo, depende de lo que quieras de unas vacaciones y del estilo de vida que llevemos durante el año, para alguien como yo siempre en medio de la gente y del casino, siempre rodeado de gente para poder desconectar de todo esto para hacerme un poquito las vergas es algo que no tiene precio, por eso Las Tunas es perfecto.
170 mil habitantes, 70 km del mar, el campo a las afueras de la ciudad, un par de lagos naturales en los alrededores, algunos ríos, si te apetece, ciertamente no faltan cosas que hacer, incluso a costos asequibles.
Una piscina, un par de hoteles para beber, unas cuantas discotecas, una discoteca que alguna vez fue una leyenda pero que ahora me parece que está en fase aunque hayamos estado desaparecidos durante mucho tiempo.
Algunos locales de calidad que no tienen nada que envidiar a los de la capital, ni siquiera los precios, algunos restaurantes decentes, otros menos pero cada bolsillo encuentra su sitio, como debe ser.
Área absolutamente blanca, no muchas / y coloreadas la parte buena
de/del cual viene de Jobabo.
Unas calles muy transitadas, un buen número de comercios en MLC, unos barrios periféricos que es mejor dejarlos donde están, una seguridad para el turista más que aceptable siempre y cuando no se le pongan las pelotas ni a su madre ni a su vez. con medio kg de oro al cuello.
Muchos afirman que hay poca vida, el discurso es bastante amplio, si no tienes vida dentro es difícil que la encuentres fuera.
Luego siempre depende de lo que uno busque, de la edad promedio de los visitantes a Cuba diría que hay hasta demasiado.
Luego tienes que crear tu vida, un bol de ron, unos buenos amigos o una buena madera y el restaurante adecuado, una noche de sábado en la feria, una noche en la discoteca, una noche en Ranchon, Cache', Bella Vita, Mónaco ... todos los lugares donde si quieres vida la encuentras, pero si quieres gastar 50 pesos entonces mejor te quedas en casa y te quejas de que no hay vida.
En la ciudad tengo todo lo que necesito, el gimnasio, la pista de atletismo, la piscina, el mar de vez en cuando, muy buenas compañías antiguas y nuevas.
Como dije antes, si no tienes vida adentro, Cuba no te la puede dar.