SIN TI NO HAY NADA
Parece que los despechos me hacen escribir,
junto a los momentos de tristezas,
sobre todo esos días que no me dan ganas de reír,
es mi terapia desestresante, para liberar tensiones
y evitar los intentos de llamarte,
o decirte estupideces al hablarte.
Prefiero morir callado y revelar todo entre lineas doble espacio,
para concienciar entre lo absurdo o lo irreal de lo acontecido,
pues mi mundo aún es como de niños
y fluctúa entre viejo amargado y terrorífico,
la etapa de joven y adulto se fue al olvido, perdiendo momentos.
Me privé de muchos más en mis caminos,
me arrepentí de cosas antes de conseguirlo,
le temía a la vida y a los sentidos,
nunca me atreví a dar un beso matutino
o abalanzarme al amor de un ser querido.
Soy de los que quiere pero de a raticos,
de los que ofrece su vida,
pero me abstengo de recibir la propina.
Soy de los que da y ofrece
pero me da pánico recibir el cariño de la gente,
soy de los que todo el mundo quiere,
pero se me olvida querer a los que me quieren.
Me acostumbré a sufrir y llorar por perderte,
que cualquier felicidad no compensa el no tenerte.