Hoy les comparto un texto literario de mi autoría,
espero los deleite, inspire y fidelice a mi arte.
Today I share with you a literary text of my authorship,
I hope it will delight you, inspire you and make you loyal to my art.
-Español/Spanish-
-Español/Spanish-Aquello dentro del espejo
Dentro de él me siento, en su fragilidad me envuelvo. Rota como una cerámica, de mí quedaban solo fragmentos. Siglos de confesiones frente a mi reflejo, poco a poco me van engullendo, soy de su merced el motivo del desvelo. Al otro lado del marco se esconde un mundo enrevesado. De las luces son enemigos los secretos guardados, en su silencio se puede confiar sin ningún cansancio.
El único que me ve gritando, llorando y filosofando. A través del espejo quisiera huir sin querer volver por estos lados. Hay algo en sus líneas de vidrio templado. Me devuelve la sonrisa como si con otra persona estuviera hablando, le veo lágrimas derramando como si mis penas le pesaran algo. Más allá de la banalidad de un espejo heredado, he encontrado el portal a un mundo hechizado.
No más que una sombra soy de un indicio desesperado. Las verdades conllevan abrir cerrojos a agujeros que deberían quedar enterrados. Pero de la curiosidad fue engullido el gato y de la llave soy la guardiana en busca de algún canto. Sus ojos, los míos propios vacilaron y fue cuando estuve segura de que había vida al otro lado.
Una vez descubierta la verdad dando un salto y el susto haber pasado, el reflejo con mi rostro se rindió nervioso y aterrado. Se inclinó sin poder salir de su cuadro. Con gestos de sus manos me decía que no entrara en pánico. Se veía preocupado, aquel reflejo que siempre me había imitado, que me había visto sin nada de ropa o eligiendo qué vestir en pleno verano.
Controlando mi respiración, ahogué mi temor empujándolo a un lado. Me levanté del suelo sintiendo más incertidumbre que espanto y con una gota de sangre mojando mi índice insensato, toqué el espejo de mi cuarto, un regalo de mi abuela antes de fallecer el pasado mes de Mayo. Mi reflejo gritaba en silencio que no lo intentara ni jugando, sudaba y sus ojos se veían casi desorbitados. Pero mi voluntad podía más que una advertencia en volumen bajo.
Sin querer cerrar los ojos me hundí dentro del vidrio con un paso, fue como entrar a un tibio lago, pero también como si estuviera volando. No había piso ni cielo raso, perdí el equilibrio y fue como caer en arena movediza sin poder pararlo. Con un grito que ahora sí pude escuchar, sentí una mano sujetándome del brazo, era mi reflejo encantado.
Me tomó en sus brazos como si fuera un bebé de meses que no pudiera dar ni un paso. Una sonrisa triste me ofreció sin poder evitarlo. Me contó de este mundo reflejado, un portal a almas atrapadas a través de los milenios pasados. En un instante ya no reflejaba mi propia figura delgada y sin encanto, pasó a ser un hombre de piel tornasol muy alto, se sentía rígido como el vidrio pero lo suficientemente suave al tacto, como para no hacerme daño. Con cada movimiento su cuerpo sonaba como una taza agrietándose sin dolor aparentando, sus ojos se volvieron un arcoíris en un círculo exacto, sus labios eran rosa pálido y podía ver a través de su cuerpo hecho de un material extraño.
Con tristeza caminó de nuevo al portal que reflejaba la vista a mi habitación donde todo estaba iluminado. Aquí todo era sombrío y frío como si estuviera cubierta de neblina todo el tiempo sin ningún cambio. Pero con mi mano en su pecho rogué por indagar más sobre este mundo que apenas había tocado. Su respuesta fue cruda y frunciendo sus cejas sin ánimo: “Solo pueden quedarse los que mueren en el otro lado. No perteneces aquí, no vuelvas a intentarlo. Cuida del espejo, pero no vuelvas a cruzarlo”.
Me bajó con cuidado, pero antes de soltarme me dio un beso en la mano. Me contó que podía heredarle a otro el espejo encantado o podía destruirlo para evitarle a todos ser tentados. Me negué impulsivamente debido a mi curiosidad. Entonces con una sonrisa triste dijo sin más: “Si realmente algún día quieres regresar, primero vive una vida larga en tu mundo real, al envejecer podrás venir aquí una vez más. No te preocupes, al portal cruzar volverás a ser la chica que ahora eres con esta edad. Si realmente eres capaz de esperar y regresar, te llevaré más allá de la niebla y mi mundo te voy a mostrar. Esto es solo la entrada a la ciudad de cristal.”
Regresé un poco decepcionada, no lo puedo negar. Pero con una promesa que estaba dispuesta a cumplir, sin importar los años que tuviera que esperar. Su nombre era “Khaodral”, el espíritu del reflejo. Luego de eso ya no podía ver al espejo de mi cuarto como un adorno sin más. Cuando estábamos solos le pedía que revelara su verdadera identidad. Al inicio se negaba testarudo sin querer cambiar, pero sin rendirme día con día se lo suplicaba más. Empezaba a creer que había sido un producto de mi imaginación o un sueño vivido que me hizo dudar, pero un día casi no podía respirar por las lágrimas que me inducía a un estado fatal, fue cuando rompió su recta postura de mi imagen reflejar y a partir de ese entonces mi compañero se hizo notar con su apariencia real.
No podía escuchar su voz ni tampoco lo podía tocar, pero tenerlo me hizo seguir adelante en más de una oportunidad. Era como un vecino que no podía a mi cuarto pasar. Era como un maniquí real, de una descripción sin igual. Los años pasaban y aunque me mudara él estaba allí sin faltar. “Mi espejo favorito”, se había burlado mi papá. Pero era cierto que no quería ningún otro en el que me quisiera reflejar. Solo esperaba envejecer para poder cruzar el portal y conocer todo lo que mi curiosidad se moría de ganas por saciar, además de estar finalmente con el amigo que me acompañaba siempre a través del cristal.
El único que me ve gritando, llorando y filosofando. A través del espejo quisiera huir sin querer volver por estos lados. Hay algo en sus líneas de vidrio templado. Me devuelve la sonrisa como si con otra persona estuviera hablando, le veo lágrimas derramando como si mis penas le pesaran algo. Más allá de la banalidad de un espejo heredado, he encontrado el portal a un mundo hechizado.
No más que una sombra soy de un indicio desesperado. Las verdades conllevan abrir cerrojos a agujeros que deberían quedar enterrados. Pero de la curiosidad fue engullido el gato y de la llave soy la guardiana en busca de algún canto. Sus ojos, los míos propios vacilaron y fue cuando estuve segura de que había vida al otro lado.
Una vez descubierta la verdad dando un salto y el susto haber pasado, el reflejo con mi rostro se rindió nervioso y aterrado. Se inclinó sin poder salir de su cuadro. Con gestos de sus manos me decía que no entrara en pánico. Se veía preocupado, aquel reflejo que siempre me había imitado, que me había visto sin nada de ropa o eligiendo qué vestir en pleno verano.
Controlando mi respiración, ahogué mi temor empujándolo a un lado. Me levanté del suelo sintiendo más incertidumbre que espanto y con una gota de sangre mojando mi índice insensato, toqué el espejo de mi cuarto, un regalo de mi abuela antes de fallecer el pasado mes de Mayo. Mi reflejo gritaba en silencio que no lo intentara ni jugando, sudaba y sus ojos se veían casi desorbitados. Pero mi voluntad podía más que una advertencia en volumen bajo.
Sin querer cerrar los ojos me hundí dentro del vidrio con un paso, fue como entrar a un tibio lago, pero también como si estuviera volando. No había piso ni cielo raso, perdí el equilibrio y fue como caer en arena movediza sin poder pararlo. Con un grito que ahora sí pude escuchar, sentí una mano sujetándome del brazo, era mi reflejo encantado.
Me tomó en sus brazos como si fuera un bebé de meses que no pudiera dar ni un paso. Una sonrisa triste me ofreció sin poder evitarlo. Me contó de este mundo reflejado, un portal a almas atrapadas a través de los milenios pasados. En un instante ya no reflejaba mi propia figura delgada y sin encanto, pasó a ser un hombre de piel tornasol muy alto, se sentía rígido como el vidrio pero lo suficientemente suave al tacto, como para no hacerme daño. Con cada movimiento su cuerpo sonaba como una taza agrietándose sin dolor aparentando, sus ojos se volvieron un arcoíris en un círculo exacto, sus labios eran rosa pálido y podía ver a través de su cuerpo hecho de un material extraño.
Con tristeza caminó de nuevo al portal que reflejaba la vista a mi habitación donde todo estaba iluminado. Aquí todo era sombrío y frío como si estuviera cubierta de neblina todo el tiempo sin ningún cambio. Pero con mi mano en su pecho rogué por indagar más sobre este mundo que apenas había tocado. Su respuesta fue cruda y frunciendo sus cejas sin ánimo: “Solo pueden quedarse los que mueren en el otro lado. No perteneces aquí, no vuelvas a intentarlo. Cuida del espejo, pero no vuelvas a cruzarlo”.
Me bajó con cuidado, pero antes de soltarme me dio un beso en la mano. Me contó que podía heredarle a otro el espejo encantado o podía destruirlo para evitarle a todos ser tentados. Me negué impulsivamente debido a mi curiosidad. Entonces con una sonrisa triste dijo sin más: “Si realmente algún día quieres regresar, primero vive una vida larga en tu mundo real, al envejecer podrás venir aquí una vez más. No te preocupes, al portal cruzar volverás a ser la chica que ahora eres con esta edad. Si realmente eres capaz de esperar y regresar, te llevaré más allá de la niebla y mi mundo te voy a mostrar. Esto es solo la entrada a la ciudad de cristal.”
Regresé un poco decepcionada, no lo puedo negar. Pero con una promesa que estaba dispuesta a cumplir, sin importar los años que tuviera que esperar. Su nombre era “Khaodral”, el espíritu del reflejo. Luego de eso ya no podía ver al espejo de mi cuarto como un adorno sin más. Cuando estábamos solos le pedía que revelara su verdadera identidad. Al inicio se negaba testarudo sin querer cambiar, pero sin rendirme día con día se lo suplicaba más. Empezaba a creer que había sido un producto de mi imaginación o un sueño vivido que me hizo dudar, pero un día casi no podía respirar por las lágrimas que me inducía a un estado fatal, fue cuando rompió su recta postura de mi imagen reflejar y a partir de ese entonces mi compañero se hizo notar con su apariencia real.
No podía escuchar su voz ni tampoco lo podía tocar, pero tenerlo me hizo seguir adelante en más de una oportunidad. Era como un vecino que no podía a mi cuarto pasar. Era como un maniquí real, de una descripción sin igual. Los años pasaban y aunque me mudara él estaba allí sin faltar. “Mi espejo favorito”, se había burlado mi papá. Pero era cierto que no quería ningún otro en el que me quisiera reflejar. Solo esperaba envejecer para poder cruzar el portal y conocer todo lo que mi curiosidad se moría de ganas por saciar, además de estar finalmente con el amigo que me acompañaba siempre a través del cristal.
-Inglés/English-
-Inglés/English-That within the mirror
Inside it I sit, in its fragility I wrap myself. Broken like a ceramic, only fragments of me remain. Centuries of confessions in front of my reflection, little by little I am swallowed up, I am at their mercy the reason for sleeplessness. On the other side of the frame hides a convoluted world. From the lights are enemies the secrets kept, in their silence one can trust without any tiredness.
The only one who sees me screaming, crying and philosophizing. Through the mirror I would like to flee without wanting to return to these sides. There is something in his tempered glass lines. He smiles back at me as if he were talking to someone else, I see him shedding tears as if my sorrows weighed on him. Beyond the banality of an inherited mirror, I have found the portal to a bewitched world.
No more than a shadow I am of a desperate hint. Truths entail opening bolts to holes that should be buried. But from curiosity the cat was swallowed up and from the key I am the keeper in search of some song. His eyes, my own eyes wavered and that was when I was sure that there was life on the other side.
Once I discovered the truth by jumping up and down and the scare had passed, the reflection with my face surrendered nervously and terrified. It bent down, unable to get out of its frame. With gestures of his hands he told me not to panic. He looked worried, that reflection that had always imitated me, that had seen me with no clothes on or choosing what to wear in the middle of summer.
Controlling my breathing, I stifled my fear by pushing him aside. I rose from the floor feeling more uncertainty than dread and with a drop of blood wetting my insensate forefinger, I touched the mirror in my room, a gift from my grandmother before she passed away last May. My reflection silently screamed not to try or play, sweating and its eyes looked almost wild. But my willpower was stronger than a low volume warning.
Without wanting to close my eyes I sank inside the glass with one step, it was like entering a warm lake, but also as if I was flying. There was no floor or ceiling, I lost my balance and it was like falling into quicksand without being able to stop it. With a scream that I could hear now, I felt a hand holding my arm, it was my enchanted reflection.
He took me in his arms as if I were a baby of months who could not even take a step. A sad smile he offered me without being able to help it. He told me of this mirrored world, a portal to souls trapped through millennia past. In an instant he no longer reflected my own slender, charmless figure, he became a very tall iridescent-skinned man, he felt stiff as glass but soft enough to the touch, so as not to hurt me. With every movement his body sounded like a cup cracking without apparent pain, his eyes became a rainbow in an exact circle, his lips were pale pink and I could see through his body made of a strange material.
Sadly she walked back to the doorway that reflected the view into my room where everything was illuminated. Here everything was gloomy and cold as if I was covered in mist all the time without any change. But with my hand on his chest I begged to inquire more about this world I had barely touched. Her answer was raw and furrowing her eyebrows cheerlessly, "Only those who die on the other side can stay. You don't belong here, don't try again. Take care of the mirror, but don't cross it again."
He carefully put me down, but before releasing me he gave me a kiss on my hand. He told me that I could either inherit the enchanted mirror to someone else or I could destroy it to spare everyone from being tempted. I impulsively refused due to my curiosity. Then with a sad smile he said bluntly: "If you really want to come back someday, first live a long life in your real world, when you grow old you can come here once more. Don't worry, at the portal crossing you will return to be the girl you are now at this age. If you are really able to wait and come back, I will take you beyond the fog and my world will show you. This is just the entrance to the crystal city."
I returned a little disappointed, I can't deny it. But with a promise I was willing to keep, no matter how many years I had to wait. His name was "Khaodral," the spirit of reflection. After that I could no longer see the mirror in my room as a mere ornament. When we were alone I would ask him to reveal his true identity. At first he stubbornly refused without wanting to change, but without giving up, day after day I begged him more and more. I began to believe that he had been a figment of my imagination or a vivid dream that made me doubt, but one day I could hardly breathe because of the tears that induced me to a fatal state, that was when he broke his straight posture of my mirror image and from then on my companion was noticed with his real appearance.
I could not hear his voice nor could I touch him, but having him kept me going more than once. He was like a neighbor I couldn't pass in my room. He was like a real mannequin, of unparalleled description. Years went by and even if I moved he was there without fail. "My favorite mirror," my dad had teased. But it was true that I didn't want any other one in which I wanted to reflect myself. I was just waiting to get older so I could cross the portal and get to know everything my curiosity was dying to satiate, besides finally being with the friend who was always with me through the glass.
The only one who sees me screaming, crying and philosophizing. Through the mirror I would like to flee without wanting to return to these sides. There is something in his tempered glass lines. He smiles back at me as if he were talking to someone else, I see him shedding tears as if my sorrows weighed on him. Beyond the banality of an inherited mirror, I have found the portal to a bewitched world.
No more than a shadow I am of a desperate hint. Truths entail opening bolts to holes that should be buried. But from curiosity the cat was swallowed up and from the key I am the keeper in search of some song. His eyes, my own eyes wavered and that was when I was sure that there was life on the other side.
Once I discovered the truth by jumping up and down and the scare had passed, the reflection with my face surrendered nervously and terrified. It bent down, unable to get out of its frame. With gestures of his hands he told me not to panic. He looked worried, that reflection that had always imitated me, that had seen me with no clothes on or choosing what to wear in the middle of summer.
Controlling my breathing, I stifled my fear by pushing him aside. I rose from the floor feeling more uncertainty than dread and with a drop of blood wetting my insensate forefinger, I touched the mirror in my room, a gift from my grandmother before she passed away last May. My reflection silently screamed not to try or play, sweating and its eyes looked almost wild. But my willpower was stronger than a low volume warning.
Without wanting to close my eyes I sank inside the glass with one step, it was like entering a warm lake, but also as if I was flying. There was no floor or ceiling, I lost my balance and it was like falling into quicksand without being able to stop it. With a scream that I could hear now, I felt a hand holding my arm, it was my enchanted reflection.
He took me in his arms as if I were a baby of months who could not even take a step. A sad smile he offered me without being able to help it. He told me of this mirrored world, a portal to souls trapped through millennia past. In an instant he no longer reflected my own slender, charmless figure, he became a very tall iridescent-skinned man, he felt stiff as glass but soft enough to the touch, so as not to hurt me. With every movement his body sounded like a cup cracking without apparent pain, his eyes became a rainbow in an exact circle, his lips were pale pink and I could see through his body made of a strange material.
Sadly she walked back to the doorway that reflected the view into my room where everything was illuminated. Here everything was gloomy and cold as if I was covered in mist all the time without any change. But with my hand on his chest I begged to inquire more about this world I had barely touched. Her answer was raw and furrowing her eyebrows cheerlessly, "Only those who die on the other side can stay. You don't belong here, don't try again. Take care of the mirror, but don't cross it again."
He carefully put me down, but before releasing me he gave me a kiss on my hand. He told me that I could either inherit the enchanted mirror to someone else or I could destroy it to spare everyone from being tempted. I impulsively refused due to my curiosity. Then with a sad smile he said bluntly: "If you really want to come back someday, first live a long life in your real world, when you grow old you can come here once more. Don't worry, at the portal crossing you will return to be the girl you are now at this age. If you are really able to wait and come back, I will take you beyond the fog and my world will show you. This is just the entrance to the crystal city."
I returned a little disappointed, I can't deny it. But with a promise I was willing to keep, no matter how many years I had to wait. His name was "Khaodral," the spirit of reflection. After that I could no longer see the mirror in my room as a mere ornament. When we were alone I would ask him to reveal his true identity. At first he stubbornly refused without wanting to change, but without giving up, day after day I begged him more and more. I began to believe that he had been a figment of my imagination or a vivid dream that made me doubt, but one day I could hardly breathe because of the tears that induced me to a fatal state, that was when he broke his straight posture of my mirror image and from then on my companion was noticed with his real appearance.
I could not hear his voice nor could I touch him, but having him kept me going more than once. He was like a neighbor I couldn't pass in my room. He was like a real mannequin, of unparalleled description. Years went by and even if I moved he was there without fail. "My favorite mirror," my dad had teased. But it was true that I didn't want any other one in which I wanted to reflect myself. I was just waiting to get older so I could cross the portal and get to know everything my curiosity was dying to satiate, besides finally being with the friend who was always with me through the glass.
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